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Intraemprendimiento, ¿cómo promoverlo?

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Si no sabes lo que es el intraemprendimiento, aún estás a tiempo de conocer todo lo relacionado con este término. Se trata de todas aquellas actividades o iniciativas que tienen lugar en una empresa y que comparten una característica esencial: fomentar la innovación, el empleo y la competitividad.

Intraemprendimiento y emprendimiento: ¿son iguales?

El tiempo en el que vivimos ha sido catalogado por muchos especialistas como la era del emprendimiento. De ahí que en los últimos años hayamos acabado por habituarnos a este término, que más que un concepto vago habla de la actitud de desarrollar ideas de negocio por nuestra cuenta y riesgo.

Lo que no resulta tan habitual es hablar de intraemprendimiento, una práctica que se basa en la misma actitud del emprendedor pero que, a diferencia de esta, ocurre dentro de una empresa u organización determinada.

Aunque dicha diferencia parece mínima, en realidad es esencial: el emprendimiento se realiza a nivel individual y muchas veces parte de cero; el intraemprendimiento, por el contrario, se desarrolla estratégicamente en todos los niveles de la empresa y cuenta con los recursos y el apoyo de esta para su ejecución.

¿Cómo fomentar el intraemprendimiento en mi empresa?

Las empresas recurren al intraemprendimiento por diversas razones. Algunas lo hacen para plantar cara al agotamiento de su modelo productivo, una de las situaciones que más preocupan a los directivos en el contexto actual.

Sin embargo, otras lo acogen como una inversión a futuro, es decir, una práctica más dentro de su filosofía corporativa. Son empresas que han entendido que la innovación es el motor de cualquier ventaja competitiva. ¿Cómo lo hacen? Existen varias formas de fomentar el intraemprendimiento en una empresa, entre ellas:

  • Abrir espacios para la generación de nuevas ideas pues la gran mayoría de las iniciativas no son visibles y ocurren en planos que pasan desapercibidos para la dirección. La idea de estos espacios es detectar dichas ideas.
  • Ofrecer apoyo y acompañamiento a las iniciativas que surjan y supongan un valor competitivo para la empresa. De nada nos sirve identificar las buenas ideas de nuestros colaboradores si las archivamos o las guardamos en un cajón. Hay que darles vueltas hasta convertirlas en proyectos.
  • Disponer de un ambiente propicio para la generación de iniciativas con valor empresarial. Por ejemplo, revisa si el estilo de comunicación de tu negocio es el más adecuado para la fluidez de nuevas ideas o si el modelo de liderazgo propicia la participación y la interacción del personal involucrado.
  • Reconocer el trabajo bien hecho y los actos de innovación que tengan lugar en tu empresa. Tus colaboradores se tomarán más en serio eso de generar ideas de valor si ven que tú les reconoces su esfuerzo y les recompensas de una forma u otra. Prueba con un sistema de incentivos.
  • Desarrolla una cultura de la innovación, es decir, invita a que todos tus colaboradores apuesten por generar nuevas ideas. Al mismo tiempo, subraya la necesidad de valorar a todos aquellos que lo intenten aunque no siempre con el éxito esperado. Es preferible contar con un grupo que propone muchas ideas que otro en el que nunca se esboza siquiera una ligera contribución.