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Innovación empresarial: 4 formas de evitar el fracaso

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La innovación empresarial es la cualidad que distingue a los mejores de los buenos, a los líderes de los demás. Los proyectos de innovación, dado su carácter diferenciador y su potencial para el futuro del negocio, necesitan ser gestionados de una forma un poco diferente a los demás. Conocer el estilo de management que con mayor seguridad ayudará a impulsar la creatividad del equipo y, más importante, a obtener resultados es crucial para saber cómo afrontar el día a día de un Director de Proyecto en este ámbito de forma eficaz. 

Innovación empresarial: enfoque de proyecto

Muy pocas veces la innovación empresarial es producto de la casualidad o la serendipia. Por lo general, obedece a horas de trabajo, mucho esfuerzo, miles de pruebas y el talento de un equipo adecuadamente liderado por un Project Manager competente. También es cierto que, para llevar adelante cualquier iniciativa de este tipo, se requiere el apoyo de la organización, puesto que sin inversión no hay innovación empresarial posible: los recursos son necesarios, aunque se cante ¡Eureka! durante la primera jornada de proyecto. Pero si hay algo verdaderamente decisivo en el éxito de un proyecto de cambio es el modo de enfocar su gestión. Para evitar el fracaso, el Project Manager deberá:

  • Romper con la rigidez de una organización de gran tamaño, que puede constreñir los esfuerzos innovadores y retrasar la iniciativa en demasía. En una empresa más pequeña los cauces son más directos y existe una mayor tendencia a probar nuevas alternativas. No obstante, en este caso, las limitaciones tienen que ver con otros aspectos, como el presupuesto o la cualificación del personal.
  • Evitar quedarse en la creatividad. La innovación empresarial concluye en un resultado tangible o una idea accionable. A través del proceso creativo se produce un resultado que genera un valor para la organización. Sin este producto final no se puede dar el proyecto, puesto que no tendría sentido en un ámbito de negocio.
  • Conseguir al mejor equipo. Y éste es uno multidisciplinar, compuesto por individuos preparados y auto-motivados, especialistas de diferentes áreas y conscientes de trabajar por un objetivo común. En este sentido, hay que fomentar, más que el trabajo en equipo, la colaboración, por tratarse de un enfoque más proactivo y orientado a resultados; una perspectiva a tener en cuenta dado que un proyecto debe tener una fecha de finalización.
  • Empezar con modestia. No será fácil vender una idea a los patrocinadores cuando el proyecto se propone a largo plazo y requiere muchos recursos. Cuando las personas que tienen que apoyar la iniciativa no conocen a ciencia cierta cuál será el resultado de la innovación empresarial que se busca, es más recomendable comenzar con la formación de un equipo pequeño y plantear el trabajo en base a un modelo iterativo. De esta forma, siempre hay un entregable, las fechas límite están a la vista y, en cualquier momento, se puede ampliar el alcance para profundizar en los aspectos con mayor potencial generador de valor o en las pruebas que aseguren una optimización del producto conseguido.