Cómo reducir la deuda técnica con las metodologías ágiles
Cuando hablamos de deuda técnica me viene a la cabeza la incapacidad que nosotros, al frente de un proyecto con cierto grado de innovación, tenemos para afrontar las exigencias técnicas del mismo. Y podemos asimilarlo a esta situación. Porque en un entorno muy cambiante a nivel tecnológico, la determinación del método de trabajo más adecuado para el desarrollo de un entregable se convierte en una ardua elección, con consecuencias que nos pueden pasar factura.
¿En qué consiste la deuda técnica de un proyecto?
Tal como se ha expuesto en la introducción, la deuda técnica describe lo que se produce cuando los equipos de desarrollo toman medidas para acelerar la entrega de una determinada funcionalidad o de un proyecto que luego necesita ser reevaluado. En otras palabras, es el resultado de priorizar la entrega rápida por encima del trabajo perfecto.
Y este apartado no sólo es debido a un desfase en el software elegido, o a los algoritmos y bibliotecas que usaremos de referencia, sino también a procesos que no se ajustan a las exigencias del entregable.
Llegados a este punto, hay que plantearse si la elección se debe a una cuestión deliberada donde se prioriza la entrega a tiempo, aunque sabemos que se deberán aplicar iteraciones de trabajo para adecuar el entregable a las exigencias de proyecto, o bien a un fallo en su elección.
¿Qué factores pueden causar una deuda técnica?
Son múltiples las posibles causas de tal incidencia, por lo que inicialmente tendremos que evaluar el contexto de trabajo. A partir de ahí analizaremos los factores que nos pueden llevar a esa situación.
Desarrollo continuo con códigos cambiantes
Un desarrollo continuo con códigos cambiantes de forma constante que permitan actualizar entregas poco eficientes.
Falta de definición
Una falta de definición donde no hay una línea base de trabajo clara por lo que la solución final puede diferir mucho respecto al concepto inicial.
Falta de conocimiento
Falta de conocimiento entre el personal que opera dentro del sector. Integraciones que dependen demasiado de interdependencias desconocidas entre módulos de trabajo.
Falta de colaboración
Falta de colaboración entre departamentos o equipos de desarrollo sin validaciones adecuadas de las entregas. O estándares de desconocidos dentro del sector que produzcan desalineamientos importantes respecto a nuestro desarrollo.
Son algunos de los factores principales que pueden causar una deuda técnica, sin olvidar la necesidad de un claro liderazgo de equipo. Esa faceta, está claro, dependerá de nuestro rol al frente del proyecto.
¿Qué papel juegan las metodologías ágiles en la reducción de la deuda técnica?
El conjunto de circunstancias que nos llevan a esa deuda técnica nos abre las puertas al mundo de las metodologías ágiles. Como entorno cambiante y altamente adaptable a nuevos requerimientos, es evidente que el empleo de ciclos de desarrollo iterativos permite depurar errores.
Desde esa óptica debemos ser conscientes si la deuda es intencionada o no lo es. En el primer caso, desde el conocimiento de fallos funcionales tendremos que rehacer las características de nuestro entregable en ciclos sucesivos de trabajo. En el segundo, nuestro rol como Project Managers deberá ser consciente de nuestras limitaciones y emplear los sprints para depurar fallos.
Conclusión
Evidenciamos que hoy en día no hay ninguna empresa que de alguna forma no presente cierto grado de deuda técnica en el desarrollo de proyectos. La tecnología es cambiante, pero los procesos también cambian y nos obliga a una adaptación constante. Un nuevo campo en el que las metodologías ágiles vienen a rellenar las deficiencias de enfoques demasiado predictivos.
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