¿Cómo mitigar la sobrecarga de trabajo entre tus empleados?
El estudio de la sobrecarga de trabajo, y los efectos que genera, se ha convertido en un tema de vital importancia para investigadores y directivos de empresas, por la relevancia que adquiere para la salud física y emocional de los trabajadores, y por el impacto que tiene en el desempeño laboral y la productividad organizacional.
Cada vez más, muchos colaboradores se enfrentan al desafío de asumir largas jornadas de trabajo, o el cumplimiento de ciertas funciones que, muchas veces, sobrepasan sus capacidades físicas y psicológicas, lo cual nos pone ante un serio problema en materia de seguridad y salud en el trabajo.
La sobrecarga laboral no solo afecta la productividad, sino también el bienestar de los trabajadores, lo que puede traducirse en absentismo, estrés laboral, baja moral y alta rotación de personal. Mitigar esta sobrecarga es fundamental para promover un ambiente laboral, saludable y sostenible.
Desde OBS te invitamos a seguir con la lectura de este post, en el que exploramos los diferentes tipos de sobrecarga de trabajo, los síntomas que indican esta problemática y algunos consejos prácticos para abordarla.
Tipos de sobrecarga de trabajo encontradas en la empresa
La sobrecarga laboral ocurre cuando un empleado tiene más trabajo del que puede manejar, ya sea porque hay demasiadas tareas o porque son demasiado complicadas para sus habilidades. Esto hace que sea difícil completar todo de manera eficiente y en el tiempo esperado, o sin los recursos adecuados. En algunos casos, es una cuestión de cantidad, y en otros, es la complejidad lo que agobia.
Lo anterior tiene una incidencia directa en el trabajador, el cual puede llegar a sentir estrés, cansancio, agotamiento emocional, y afectar tanto el rendimiento en el trabajo como la salud física y mental de la persona.
La sobrecarga de trabajo puede deberse, entre otras cosas, a la multiplicidad de tareas, presión excesiva por parte de los jefes, conflictos interpersonales en el lugar de trabajo, nivel elevado de complejidad con la tarea asignada, y muchas más, las cuales responden, básicamente, a los siguientes tres tipos de sobrecarga:
Sobrecarga de trabajo de tipo cuantitativa
Se refiere a cuando un empleado tiene más tareas de las que puede manejar en el tiempo disponible. Este tipo de sobrecarga suele estar relacionado, muchas veces, con la falta de personal, con mayores exigencias por parte de los directivos, una mala distribución de las tareas, plazos estrictos para el cumplimiento de las funciones que se le asignan al trabajador, entre otras.
Sobrecarga de trabajo de tipo cualitativa
La sobrecarga cualitativa ocurre cuando las capacidades y habilidades del trabajador no son suficientes para desarrollar las tareas que le han sido asignadas, las cuales percibe con un nivel de complejidad y exigencia elevado. En este caso no se refiere a la cantidad de trabajo, la cual es manejable, sino a la dificultad en su ejecución, la que puede ser fuente generadora de estrés y agotamiento.
Sobrecarga de trabajo de tipo emocional
Este tipo de sobrecarga es menos visible que las anteriores, pues no depende, ni de la cantidad del trabajo, ni de su contenido, sino que se relaciona con el hecho de que el trabajador tenga que lidiar con situaciones emocionalmente demandantes como, por ejemplo: atención a clientes en situaciones difíciles, conflictos internos de elevada complejidad, clima laboral negativo, entre otros.
Síntomas e indicadores de una sobrecarga de trabajo entre tus trabajadores
Identificar a tiempo la sobrecarga de trabajo es esencial para prevenir problemas más graves en el futuro. En ocasiones, estos síntomas pueden pasar desapercibidos, por eso es importante reconocer cuál es la verdadera causa que está generando ciertos comportamientos en los trabajadores, y erradicarlos.
- Existen algunos síntomas físicos en los colaboradores que pueden ser señales de alerta, tales como: agotamiento constante, falta de energía, trastornos del sueño y otros problemas de salud mental en el trabajo.
- A nivel emocional, los trabajadores pueden mostrar signos de ansiedad, irritabilidad o incluso depresión. Pueden sentirse desmotivados, frustrados o incapaces de cumplir con las demandas del puesto.
- Por otro lado, a nivel comportamental, los empleados sobrecargados pueden volverse menos productivos, cometer más errores o tener dificultades para concentrarse en sus tareas.
Con relación a la incidencia que esto puede tener en el trabajo, podemos mencionar una serie de indicadores que se pueden identificar, para su prevención.
Disminución del rendimiento laboral
La capacidad de respuesta del trabajador, así como de su productividad, van disminuyendo en la medida que perciban una sobrecarga en sus tareas.
Mayor índice de ausentismo
Debido a los síntomas físicos o psicológicos que se puedan presentar en la persona, requerirá más atención médica, lo que se traduce en ausencias al trabajo.
Falta de motivación
Producto de la sobrecarga de trabajo, este va perdiendo sentido para la persona, los intereses van variando, el compromiso es menor, lo que influye negativamente en el rendimiento.
Comportamientos inapropiados en el lugar de trabajo
En muchas ocasiones, los síntomas que provoca este fenómeno en la persona, los traduce en comportamientos agresivos, de irritabilidad, de poca tolerancia a la frustración, lo que tendrá un efecto negativo en su equipo de trabajo y en la organización.
Fluctuación de personal
Este es uno de los indicadores más comunes, debido a que las personas expuestas a cierta presión de trabajo sostenida en el tiempo, son más propensas a aceptar otras propuestas de empleo más flexibles.
Consejos para mitigar la sobrecarga de trabajo
Muchas empresas líderes en el mercado han establecido diversas estrategias para mitigar el efecto que produce la sobrecarga de trabajo, tanto para el trabajador como para la empresa. En este sentido, es preciso involucrar a los directivos y a todo el personal que labora en la organización, desde una visión integral del fenómeno.
Desde OBS te recomendamos algunas buenas prácticas que se pueden implementar en tu empresa, si percibes que existe una sobrecarga en ciertos equipos y/o colaboradores.
Establecer límites claros en cuanto a las expectativas y la carga de trabajo
Es importante que los empleados tengan una comprensión precisa de lo que se espera de ellos y que las metas sean realistas y alcanzables.
Redistribución de tareas
En muchas ocasiones, la sobrecarga se debe a una mala distribución del trabajo entre el equipo. Realizar una evaluación regular de las cargas de trabajo y redistribuir las tareas de manera equitativa, puede ayudar a aliviar la presión sobre empleados específicos.
Implementar una cultura de descanso
Los empleados deben tener tiempo suficiente para recuperarse y desconectarse del trabajo. Promover pausas regulares durante la jornada laboral, así como el uso adecuado de las vacaciones, es una forma efectiva de prevenir el agotamiento.
Disponibilidad de los directivos
Crear un ambiente donde los trabajadores se sientan cómodos, compartiendo sus preocupaciones con los superiores, y proponiendo soluciones alternativas, ayudará a crear una dinámica laboral más saludable, que contribuirá a una mayor motivación y bienestar.
La sobrecarga de trabajo no es un problema que pueda ignorarse en las empresas, ya que impacta tanto en el bienestar de los empleados como en los resultados de la organización. Mitigarla requiere un enfoque integral que aborde tanto las necesidades operativas, propia de la actividad que realizan los trabajadores, como las emocionales. A través de una gestión adecuada de las cargas laborales, la promoción de un ambiente de trabajo saludable y el fomento de una comunicación abierta, es posible crear un entorno laboral más equilibrado y productivo.
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