Renta variable: acciones, opciones, beneficios y riesgo
Las opciones y las acciones, si bien ambas se utilizan para beneficiarse de las fluctuaciones de la Bolsa, tienen diferencias clave. El uso principal de las opciones suele ser para cubrir una posición de renta variable ya establecida, mientras que las acciones generalmente se utilizan para establecer una visión direccional de una empresa.
Por ejemplo, cuando un inversor a largo plazo compra opciones de venta, a menudo es para proteger la desventaja de su posición de capital. Pero, cuando ese mismo inversor compra acciones de una empresa, cree que el precio se apreciará a largo plazo.
Renta variable: las ventajas de las acciones y sus inconvenientes
Las acciones son un instrumento de renta variable complejo, pero no exento de ventajas, como la siguientes:
- Liquidez: los mercados de renta variable son significativamente más líquidos que los mercados de opciones, por ejemplo. Para la mayoría de los inversores, es fácil entrar y salir de las posiciones en cuestión de minutos. Esto se puede comprobar especialmente en el caso de que las acciones formen parte de ciertos índices.
- El tiempo está del lado del inversor: a diferencia de las opciones, no hay un marco de tiempo en el que la operación tenga que funcionar, aparte del coste de oportunidad. Esto significa que los inversores no son castigados por adelantarse a los movimientos del mercado. En una operación de opción, cualquier estrategia debe desarrollarse antes de que expire el contrato de opción.
- Menos riesgo, en general, si se actúa con precaución: si bien los riesgos de las opciones y las acciones tienen ventajas y desventajas en ambos casos, las acciones generalmente se consideran menos arriesgadas ya que la volatilidad de cualquier posición de acciones dada será exponencialmente menor que la de una posición de opciones.
Aunque este instrumento financiero de renta variable también tiene algunos contras. Uno de ellos es que es poco probable que suban más de una quinta parte de su valor en un año por lo que, incluso haciendo una inversión en tiempo considerable, las ganancias serán limitadas, salvo algunas excepciones.
El inconveniente más importante, sin embargo, es que, en general, se tiene que arriesgar más para ganar menos. Cuando uno decide poner su dinero en una acción, optando por esta modalidad de renta variable, teóricamente puede perder todo ese capital si su valor llega a cero, mientras que, con una opción, uno solo puede perder su inversión inicial.
En el caso de las opciones, el apalancamiento y la posibilidad de realizar apuestas direccionales en eventos de mercado, como ganancias o factores macroeconómicos constituyen los principales puntos fuertes, que el inversor deberá sopesar considerando sus inconvenientes principales, que con los precios de ejercicio y el hecho de que todos los contratos de opciones tienen una fecha de vencimiento; por lo que no solo hay que tomar la decisión correcta, sino también actuar en el momento adecuado.
En cualquier caso, podría decirse que las acciones y opciones tienen una relación simbiótica en lo que respecta a los planes de renta variable de los inversores; aunque para evitar pérdidas habrá que saber equilibrar las decisiones tomadas pensando en el largo plazo para cubrir sus posiciones y las que corren un gran riesgo buscando conseguir una alta recompensa.