¿Qué habilidades necesitas para convertirte en director de proyectos?
Cuando se trata de dirigir un proyecto, los profesionales de este sector se enfrentan a una difícil prueba: aplicar los conocimientos, habilidades, destrezas y talentos que han adquirido a lo largo de sus años de formación.
La teoría y la práctica son dos elementos que muchas veces no confluyen. Una cosa es fijar un plan de acción y otra distinta es ejecutarlo. Por el camino se suelen quedar algunos elementos y añadirse otros que no estaban previstos. En gestionar tanto lo uno como lo otro está el secreto de la dirección de proyectos.
La dirección de proyectos, acción transversal
Está claro que cada proyecto supone habilidades específicas. La naturaleza del mismo, el número de tareas, los colaboradores, los plazos de ejecución, entre otros, determinan el modelo de liderazgo que debe implementarse para asegurar los resultados. No es igual, por ejemplo, dirigir un megaproyecto de arquitectura que otro de tipo social en el que intervengan los miembros de una comunidad. Aun así, la dirección de proyectos se distingue, además de las herramientas específicas, por una serie de habilidades transversales. El listado de elementos a tener en cuenta para ocupar dicha labor debería incluir:
1) Conocimientos técnicos:
Son aquellos conocimientos que se relacionan directamente con el carácter de cada proyecto: arquitectura, ingeniería, química, física, cultura, economía, entre otros.
2) Organización:
El director de proyectos debe tener una alta capacidad de organización y planificación. Si no es él, ¿quién gestionará las distintas tareas? Y aun cuando se apoye en segundas personas, nunca debe perder la visión estratégica.
3) Comunicación eficaz:
El coaching de liderazgo insiste mucho en la necesidad de comunicar eficazmente las decisiones que se toman desde el plano directivo. Un alto porcentaje de los errores y los fallos en los procesos provienen de mensajes ambiguos y poco claros.
4) Multitareas:
Los directores de proyectos deben saber que su labor no es una sola; es decir, es una que incluye varias a la vez. La gestión abarca elementos diversos que van desde el factor humano hasta la sostenibilidad financiera. ¿Estás preparado?
5) Gestión del tiempo:
Lo que marca el ritmo de un proyecto son sus plazos. Un buen director de proyectos se esmera en inculcar en los suyos la buena gestión del tiempo y la aplicación de recursos para hacer un mejor uso del mismo.
6) Liderazgo:
Por supuesto, un director debe asumir el rol de líder activo. No es suficiente estar detrás de un escritorio. Hay que implicarse y tomar las riendas.
7) Habilidades interpersonales:
Dirigir es, sobre todo, gestionar grupos de trabajo. Para ello, el director de proyectos debe desarrollar habilidades como la inteligencia emocional, la motivación, la escucha activa o la capacidad de delegar.
8) Flexibilidad:
El plan de acción es sólo eso: un plan. No tiene por qué ser un guión estricto ni nada por el estilo. Como director de proyectos, debes saber que en muchas ocasiones tendrás que apartarte del guión y apostar por otras decisiones. Dirigir implica estar allí, en el terreno, y es necesario actuar como tal.
9) Innovación y creatividad:
Ser creativo, original y tener la capacidad para pensar en soluciones en las que otros no hayan caído, siempre será un plus para ti. La innovación de los proyectos depende en gran medida de las capacidades de quienes los dirigen.
10) Supervisión:
Eso sí, no te olvides de realizar un seguimiento adecuado a las tareas que se ejecutan en tu proyecto. Dirigir es necesario, pero también lo es la monitorización. Debes estar en capacidad de establecer indicadores de evaluación y de realizar un análisis de las tareas basado en el sentido de la justicia.