Define tus objetivos de marketing con algunas de estas claves
Las estrategias de marketing no se ejecutan por sí solas. El hecho de tenerlas escritas en un plan no es garantía de que se cumplirán tal como esperas. Además del testimonio impreso, es imprescindible que tengas presentes los objetivos de marketing que te hayas trazado, pues éstos serán nada más y nada menos que los blancos de tu diana.
A veces los tenemos demasiado claros. Sin embargo, en la mayoría de casos es preciso definirlos de tal modo que no quede duda de lo que perseguimos con cada estrategia de marketing y ésta no se quede sin fuelle a mitad de camino.
Tres premisas para definir los objetivos de marketing
Las estrategias de marketing no pueden ir hacia cualquier dirección. Tampoco puedes dejar que esta labor la defina la inercia del mercado en el que operas, pues éstas te pueden llevar en direcciones totalmente opuestas a las que habías previsto al inicio.
Una premisa inicial para definir los objetivos de marketing afirma que éstos siempre se deben definir en función de las estrategias empresariales y los objetivos corporativos. Si no hubiese concordancia entre unos y otros, la estrategia simplemente se apartaría de los principios corporativos hasta generar una seria disociación.
La segunda premisa en este sentido es que los objetivos de marketing tienen que ser concretos, realistas, viables y, demás, ser el motor de la labor comercial de la empresa en su conjunto, desde los niveles inferiores hasta las estancias directivas.
Finalmente, una tercera premisa señala la necesidad de que los objetivos de marketing sean coherentes entre sí. De nada vale plantear objetivos bien concebidos y realistas si, a fin de cuentas, existen contradicciones entre ellos.
Tipos más habituales de objetivos de marketing
Cuando se trata de definir los objetivos de marketing de un negocio o proyecto, debes tener presente que éstos se dividen en dos categorías:
1. Objetivos cuantitativos:
Son todos aquellos que proponen metas cuantificables y que se expresan en cifras o valores numéricos. Por lo general, se refieren a cuestiones como el nivel de satisfacción y fidelización de los clientes, la participación en un mercado, el incremento de la rentabilidad, el volumen de ventas u otros valores relativos a la cobertura de distribución de un producto, los niveles de penetración en un mercado, los beneficios totales o el margen de contribución.
2. Objetivos cualitativos:
Guardan una estrecha relación con resultados o procesos menos tangibles y más genéricos, aunque no menos importantes que los objetivos de marketing de tipo cuantitativo. En este sentido, entre los más conocidos podemos mencionar el nivel de notoriedad o imagen de un producto, el servicio ofrecido por la marca, la posición que un negocio aspira a ocupar en el mercado en el que opera y hasta la dimensión mínima deseada por una empresa para seguir activa.
Con respecto a esta última clasificación, es importante que tengas claro que no son dos categorías antagónicas. De hecho, existen objetivos de marketing cuantitativos que se apoyan en otros de carácter cualitativo para su consecución, y viceversa. La clave está en saber complementarlos y direccionarlos en la misma orientación.