¿Cómo asignar los roles en un equipo de trabajo?
Imagina que tienes definido el plan de tu proyecto y estás a punto de ponerlo en macha. Sabes cuáles son sus objetivos, los riesgos, los recursos de los que debes disponer en cada fase y hasta los métodos de evaluación y seguimiento. Ahora bien, te enfrentas a un último reto: ¿cómo asignar los roles en un equipo de trabajo?
No es una pregunta que tenga una única respuesta. Para empezar, la naturaleza de los proyectos no es siempre la misma y por ello lo primero que debes pensar es en adecuar tu grupo de colaboradores a las necesidades del proceso.
Entre otras cuestiones, tendrás que definir el número de integrantes (se recomienda que no sea mayor de 10-12), los líderes que surjan, las dinámicas que se emplearán para el trabajo, las funciones a desarrollar y, claro, los roles que asumirán tus colaboradores.
Asignar roles en un equipo de trabajo, ¿qué supone?
Establecer los roles en un equipo de trabajo no es una tarea tan sencilla como en principio parece. De hecho, la realidad está llena de ejemplos en los que se conforman grupos de gran cualificación pero que, sin embargo, fracasan en sus objetivos por falta de claridad en las dinámicas de trabajo.
En otros casos, las dificultades se presentan cuando los integrantes seleccionados para participar en un proyecto determinado no cuentan con los conocimientos necesarios para ello o su falta de experiencia se convierte en un factor negativo.
Por eso, más que delegar funciones en terceros, la definición de roles en un equipo de trabajo exige un conocimiento detallado de nuestros colaboradores, el cual debe basarse en términos tanto profesionales como humanos.
Cuanto más conscientes seamos de las posibilidades laborales de los miembros que nos acompañan en un proyecto, así como de sus destrezas personales, tendremos mayores posibilidades de éxito en la designación de roles.
Claves para asignar los roles en un equipo de trabajo
La asignación de roles en un equipo de trabajo depende básicamente de las habilidades técnico-profesionales-humanas de cada colaborador, que son el principal motivo por el que se les ha elegido para formar parte del proyecto.
Aunque el trabajo se reparta de forma igualitaria y no se establezcan jerarquías al interior del grupo, siempre existirán funciones que implícita o explícitamente asumirán nuestros colaboradores. Los roles más habituales al interior son:
- Coordinador: define las metas e impulsa la toma de decisiones.
- Investigador: recaba información relacionada con los objetivos del proyecto.
- Impulsor: despliega su energía para involucrar al resto de miembros.
- Evaluador: su fuerte es el rigor en el análisis de ideas y la valoración.
- Cohesionador: actúa como amortiguador ante eventuales conflictos.
- Finalizador: se encarga de limar los detalles al término de cada tarea.
- Especialista: aporta conocimientos técnicos y específicos sobre el proyecto.
- Gestor de plazos: controla el cronograma establecido.
La gestión de equipos de trabajo también requiere la identificación de roles positivos y negativos. Los primeros son los que aportan para el desarrollo y ejecución del proyecto los segundos, por el contrario, dilatan la acción: el ausente, el charlatán, el obcecado.