Técnica para iniciarse en la práctica de “Futurización” y planificar estratégicamente
No hace falta saber nada sobre la teoría de la complejidad para que, cuando escuchamos que tenemos por delante unos años muy complejos, a todos se nos genere una imagen en la cabeza.
Inmediatamente nos viene el recuerdo de esa frase metafórica (proverbio chino) que dice “el aleteo de las alas de una mariposa en Japón puede provocar un tsunami en EEUU”. Es decir que al estar todo conectado de una forma u otra (unos sistemas con otros) lo que pasa en una punta del mundo puede afectar al lado opuesto y generar cambios impensados.
Y a las pruebas me remito. Vivo en Buenos Aires a casi 19.000 Km de China, y aquí estamos en medio de la pandemia, como todo el mundo.
En todos estos meses pasados, al menos en la población laboralmente activa, hemos visto cómo se transformaba nuestro mundo laboral en apenas dos meses. Sabemos que fue impulsado por el COVID, pero lo rescatable, es que fuimos capaces de hacerlo.
También llegando ya casi al final de 2020 nos damos cuenta de que lo que creíamos que duraría 3 o 4 meses, viene para largo. Por eso estamos tomando real consciencia de que los próximos años, al menos 2 o 3, serán muy complejos. Aún cuando la vacunación comience a minimizar el impacto del virus, nos queda la economía: deteriorada, en algunos casos, agonizando. Esto genera incertidumbre acerca las decisiones que hay que ir tomando, por ejemplo para los próximos 3 años.
Por eso, comencé a principios de la pandemia a leer sobre la Ciencia de Futuro y descubrí todo un mundo. Una ciencia que lleva muchos años, pero no había calado fuerte en el mundo empresarial porque la típica planificación estratégica lineal venía funcionando bien.
Pero frente a la irrupción del COVID pudimos darnos cuenta que estábamos frente a un hecho de “Ruptura”. Uno de esos momentos históricos que generan cambios de paradigmas y lo revolucionan todo. Este es el escenario que estamos atravesando actualmente.
Dice Otto Scharmer (uno de los futuristas en boga y autor de la Teoría U y Ser líder desde el futuro emergente-miembro del MIT) que:
“La capacidad de dejar de reaccionar contra el pasado e inclinarse hacia el futuro emergente y presenciarlo, es probablemente la capacidad de liderazgo más importante actualmente. Es una capacidad que resulta crítica en situaciones de cambio disruptivo, no sólo para las instituciones y los sistemas, sino también para los equipos y las personas. Antiguamente, solíamos aprender una profesión y la ejercíamos a lo largo de toda nuestra vida laboral. Hoy, nos enfrentamos a unos entornos rápidamente cambiantes que cada vez más exigen que nos reinventemos. Cuanto más drásticos son los cambios en nuestro entorno, menos podemos apoyarnos en los patrones del pasado, y más debemos aprender a prestar atención y sintonizar con las oportunidades futuras emergentes”.
Y si bien no quiero caer en el reduccionismo, justamente porque atenta contra el pensamiento complejo, sí quiero mostrarles la punta del “iceberg”. Un sencillo ejercicio que cualquiera puede realizar para comprobar que la metodología propuesta por el Future Thinking puede ayudar y mucho a echar luz sobre el camino que podríamos empezar a transitar hoy, de cara a los desafíos que tendremos que enfrentar en el futuro de mediano y largo plazo.
Recientemente con mis estudiantes de OBS Business School realizamos dos ejercicios de Futurización. El objetivo principal de esta práctica es tomar distancia del presente para no quedar tomado por la coyuntura.
En el primero, tenían que escribir el mensaje que les enviaba su Yo del 2030 que, al leer un titular de periódico, quería advertirle a su Yo del 2020, respecto de su profesión, en qué tenía que poner foco desde ahora para llegar preparado. Los resultados fueron increíbles, porque cada uno pudo (al presenciar – imaginar 2030) escribirse a sí mismo sobre qué conocimientos tenía que profundizar y en qué competencias se tenía que entrenar.
El segundo desafío fue algo mayor y grupal. Tenían que contar cómo es OBS 2030 (parados allí y presenciando cómo es la vida en 2030, teniendo en cuenta las tendencias 2020 y las señales portadoras de futuro que nos indican una probabilidad de ocurrencia bastante posible).
Esto es un ejercicio de Futurización. En este video de 5 minutos, muy bien editado, se puede observar que todos los fragmentos corresponden a situaciones reales sobre tecnologías que ya se están utilizando, y otras que se están probando, algunas más avanzadas, otras emergiendo, pero que ya existen. No fantasearon, sino que basados en hechos científicos (como hace la Ciencia Ficción) imaginaron el escenario en 2030 con esas tecnologías en estado avanzado y al alcance de la mayoría. A continuación tienen el link al video futurista:
OBS 2030 – Grupo 10 – Master en Dirección de Marketing y Gestión Comercial
¿Qué aporta este tipo de ejercicio de Futurización?
El principal aporte radica en que, al poder “presenciar ese futuro imaginado y deseado en 10 años”, las organizaciones pueden planificar utilizando la Prospectiva Estratégica (Prospectiva = anticipar). Es decir, no se trata de “predecir”, sino de comenzar desde la visión del futuro hacia el presente, por ejemplo para decidir en qué tecnologías conviene empezar a invertir primero y en lo individual, como profesionales, nos permite armar un plan de desarrollo personal con mayor claridad, sobre los conocimientos técnicos que tenemos que ir incorporando, así como identificar qué habilidades necesitamos, desarrollar y entrenar.
Esta técnica, básicamente, alivia esa incertidumbre que nos genera el momento actual y reduce el temor a tomar decisiones de largo plazo
Más información sobre la metodología Future Thinking, en post publicados:
Cómo liderar en este futuro que está emergiendo: Introducción a la Teoría U