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Siete claves para gestionar las finanzas en una empresa

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Gestionar las finanzas en una empresa es una de las actividades más importantes, pues de ella no sólo depende el cumplimiento de los compromisos adquiridos por la misma en el plazo inmediato, sino además que garantiza la sostenibilidad del negocio en el futuro. Si eres un gestor de finanzas, sabes de lo que te estamos hablando, ¿no?

Pues bien, pese a que esta idea tiene un nivel de aceptación más o menos amplio en el campo empresarial, son muchas las compañías que aún no encuentran la clave para gestionar de forma eficaz y oportuna sus finanzas.

Finanzas en una empresa del siglo XXI, ¿más difícil que antes?

Una de las preguntas que surgen a menudo entre quienes no han logrado encontrar la clave para gestionar las finanzas en una empresa es si esta labor es más compleja ahora que hace unos años. La respuesta, como en muchos otros asuntos de la gestión empresarial, tiene mucha miga y va más allá de un sí o un no.

Es verdad que los modelos empresariales han cambiado sustancialmente en los últimos años   y que ahora mismo se la da prioridad a elementos como el factor humano, la gestión del talento, la digitalización, la automatización de procesos y el manejo de los flujos de información que circulan en los mercados.

También es cierto que, gracias a la globalización y las nuevas tecnologías, estos mismos mercados se han ensanchado y las empresas tienen ahora muchas más posibilidades de expansión, interacción e internacionalización que hace un par de décadas.

Sin embargo, la gestión de las finanzas en una empresa no ha perdido su esencia. Es decir, es una tarea que sigue ocupándose de sacar el máximo rendimiento tanto de los flujos de caja y la liquidez de los negocios, como de las inversiones u operaciones que se planifican a medio o largo plazo.

O sea, más que un aumento de la dificultad para la gestión financiera, lo que existe en este momento es una necesidad de conocer mejor el medio en el que un negocio se desenvuelve y saber interpretar y seleccionar la información que más le convenga para esa tarea. Hay más herramientas, aunque eso no significa que sean más complejas.

Algunas claves para la gestión de las finanzas en una empresa

Muchos teóricos y profesionales de la gestión se han dedicado a estudiar las claves que se deberían poner en marcha para la gestión eficaz y oportuna de las finanzas en una empresa. Entre los más conocidos podemos mencionar al investigador valenciano Damián Frontera, quien se desempeñó como director de la compañía cárnica Omsa (Óscar Mayer España) durante 34 años.

La gestión de las finanzas en una empresa tiene particularidades, pues nunca será lo mismo, por ejemplo, llevar las cuentas de un negocio con más de 30 años operando en un determinado sector y con una cuota de mercado fija, que hacer lo mismo con otro que acaba de ingresar en un escenario local y busca su posicionamiento.

Aun así, la gestión financiera tiene un conjunto de prácticas y hábitos que se pueden aplicar a cualquier tipo de empresa y en cualquier clase de mercado. Son los que en este caso queremos llamar las 1o claves de una buena gestión:

1. Haz uso de herramientas financieras que hagan más sencilla tu labor de gestión. Las nuevas tecnologías ofrecen hoy día un amplio abanico de opciones para realizar cálculos y análisis que pueden resultar útiles para tu negocio. ¿Se te ocurren algunas? El software ERP es uno de los más conocidos, entre otras cosas por sus labores de integración y simplificación de acciones, así como para la reducción de costes y la productividad. También puedes echar mano de unas cuantas aplicaciones, sobre todo si se trata de un negocio pequeño.

2. No dejes de revisar tus estados financieros. Algunos directores de esta área suelen bajar la guardia cuando tienen ante sí un panorama favorable. No lo hagas; ni siquiera en los buenos tiempos dejes de revisar el nivel de ingresos, el flujo de caja, las opciones de inversión, etc.

3. Evita la precipitación y la improvisación cuando se trate de una salida financiera con una entidad bancaria. Cualquier decisión en este sentido debe ir de la mano de un plan previamente concebido que asegure la viabilidad de dicha operación y el cumplimiento de los compromisos adquiridos.

4. Haz compatibles los plazos de cobro y de pago, pues de lo contrario te encontrarás ante un panorama en el que tendrás que hacer frente a numerosos compromisos financieros. O dicho de otro modo: asegúrate de que los activos de un período determinado se ajustan a los compromisos de ese mismo período.

5. Diferencia la caja del beneficio, dos componentes de las finanzas en una empresa que se suelen confundir con asiduidad. Recuerda: el beneficio es todo aquello que ganas durante el desarrollo de tu actividad, mientras la caja es el dinero que tienes a mano para afrontar tus compromisos a corto plazo. Hay negocios que reportan muchos beneficios, pero que a la vez su flujo de caja es mínimo. Si las dos cosas coinciden, genial; si no es así, debes buscar una fórmula para hallar liquidez.

6. Analiza la composición de los beneficios, o lo que es lo mismo, detalla la naturaleza y las características de aquello que te está reportando ganancias a largo, medio o corto plazo. ¿Para qué? Sencillo: de esta manera podrás prever cuán sostenible es este beneficio y si está siendo realmente consecuente con lo que habías previsto en el plan inicial de inversión.

7. Ten presente que la rentabilidad no es igual al margen de acción. La primera hace referencia a la relación que existe entre los beneficios derivados de una determinada operación y la inversión realizada; el segundo, en cambio, hace referencia a la diferente entre los gastos y los beneficios. Un negocio puede tener margen de acción, pero a la vez carecer de rentabilidad y ser insostenible financieramente.

Finalmente, no olvides que la prontitud en la realización de tus previsiones y cálculos es una condición necesaria para el éxito de las finanzas en una empresa. De nada te servirá hacer las mejores estimaciones si éstas llegan a destiempo.