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¿Qué técnicas de liderazgo empresarial conoces?

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En post anteriores hemos señalado los estilos de liderazgo más habituales a la hora de llevar las riendas de una empresa.

Aunque los modelos autocráticos o centralizados en una sola figura son especialmente útiles para proyectos a corto plazo, lo cierto es que la evolución del campo empresarial exige que ahora haya una mayor apertura hacia los clientes o destinatarios y, a la vez, un nivel de participación más alto de los trabajadores. La productividad ya no sólo se mide en el número de ventas de una empresa. También depende de factores como el clima laboral y el bienestar, lo que obliga a volver la vista hacia modelos más participativos. De hecho, para muchas organizaciones el debate ya no es si optar por un liderazgo de estas características o por otro más centralizado, sino más bien cómo reforzarlo. Es decir, qué técnicas o estrategias emplear para fomentar la participación, la toma conjunta de decisiones y la retroalimentación. 

Reforzar el liderazgo: algunas técnicas básicas

Los directores se enfrentan a menudo al reto de mantener cohesionados a sus grupos de trabajo, algo que por lo general requiere tiempo y esfuerzo. Para empezar, cada empresa es un mundo en sí misma y necesita dinámicas específicas. Además, están los objetivos, que son distintos en todos los casos y ante los cuales se pueden desplegar estrategias distintas. No obstante, sí que podemos hablar de una serie de estrategias que pueden servir a cualquier proyecto que se tenga en mente. Veamos algunas de ellas:

  • Herramientas de éxito:

El liderazgo diario debe ir acompañarlo de una serie de herramientas relacionadas con el trabajo. Por ejemplo, se puede recomendar a los colaboradores eventos o actividades externas que proporcionen experiencias de utilidad para el proyecto que se lleva a cabo. También libros, conferencias, cursos, programas académicos, entre otros. Los CEOS llaman a esto «herramientas de éxito».

  • Reconocimiento de los logros y aciertos:

Cuando somos trabajadores, a casi todos nos agrada que reconozcan el esfuerzo y la dedicación puestos en una actividad. Suena obvio, pero es una estrategia que todo líder debe tener presente a la hora de dirigir grupos. Eso sí, debe hacerse con toda la sinceridad del caso y no sólo por quedar bien. La recompensa será un mayor nivel de compromiso e implicación con el proyecto.

  • Interés por el otro:

El buen líder se interesa por las personas que tiene a su alrededor. Y esto implica conocerlas en la medida en que la situación lo permita. No sólo se trata de ganarse su confianza, sino también de ser consciente de que, conociéndolos, se les puede ayudar a ser mejores profesionales. Ése es el punto.

  • Motivación permanente:

También hemos dedicado varios post a hablar de la motivación laboral. Pues bien, no está de más volver a resaltar este aspecto. Cuando un líder asume la motivación como parte de su estrategia, no sólo infunde el ánimo suficiente día a día para la buena ejecución de las labores propuestas, sino que además proporciona el apoyo y el acompañamiento necesarios. La motivación es más que una palabra o un gesto; también es influir, plantear retos y generar estímulos.