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¿Qué países forman la nueva Ruta de la Seda?

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El desarrollo de la nueva Ruta de la Seda supone un importante reto para conseguir una mayor conexión y cooperación comercial de carácter internacional. Ante este ambicioso proyecto, los actores conseguirían mantener una línea que uniera comercialmente, mediante infraestructuras, países de Asia, Europa y África.

Te contamos más acerca de este proyecto y qué podría suponer que se siga desarrollando.

¿Cuándo se empezó a desarrollar la nueva Ruta de la Seda?

La Nueva Ruta de la Seda también recibe el nombre de Iniciativa de la Franja y la Ruta, BRI en inglés.  Fue anunciada por el presidente chino Xi Jinping en septiembre de 2013 en una visita realizada a Kazajistán. El objetivo de este proyecto es conseguir revitalizar los antiguos caminos comerciales de la Ruta de la Seda mediante el desarrollo de infraestructura y promocionando del comercio entre Asia, Europa y África.

Desde su lanzamiento, la iniciativa ha ido evolucionando, incorporando múltiples países y proyectos, como la construcción de carreteras, ferrocarriles y puertos, y, actualmente, está considerada como una de las estrategias más ambiciosas de China para expandir su influencia económica y política en todo el mundo.

Historia y orígenes de la Ruta de la Seda

Si hablamos de los orígenes de la Ruta de la Seda, podemos decir que es una red histórica de rutas comerciales que conecta Asia, Europa y África, y que fue utilizada desde hace más de 2,000 años. Su origen se remonta al siglo II a.C. durante la dinastía Han de China, cuando se establecieron rutas para facilitar el comercio de seda, especias y otros bienes valiosos.

Este intercambio no solo impulsó la economía, sino que también fomentó el intercambio cultural, religioso y tecnológico entre civilizaciones. La ruta alcanzó su apogeo durante la Edad Media, conectando ciudades como Samarcanda y Bagdad. Con el tiempo, la expansión marítima y el desarrollo de nuevas rutas comerciales llevaron a su declive y a que dejará de utilizarse.

Actualmente, la Nueva Ruta de la Seda se encuentra en plena expansión, con China a la cabeza trabajando en múltiples proyectos de infraestructura en diferentes regiones. A través de este proyecto, se están construyendo y modernizando ferrocarriles, carreteras, puertos y aeropuertos en diferentes países de Asia, Europa y África, con la finalidad de mejorar la conectividad y facilitar el comercio.

Podemos destacar proyectos como el Corredor Económico China-Pakistán y la expansión del puerto de Gwadar, en Pakistán. A la vez, se están estableciendo acuerdos bilaterales y multilaterales para fomentar inversiones y colaboración con los diferentes actores que están participando.

Países integrantes de la nueva Ruta de la Seda

La Nueva Ruta de la Seda abarca un amplio número de países situados en los tres continentes ya mencionados, Asia, Europa y África. En un principio, los principales esfuerzos se centraron en naciones de Asia Central como Kazajistán, Uzbekistán y Turkmenistán, pero rápidamente la idea creció para expandirse a otras regiones. En Asia del Sur, incluye a India, Pakistán y Bangladesh. En el Sudeste Asiático, países como Vietnam, Tailandia y Malasia son participantes clave.

En el caso de Europa, naciones como Italia y Grecia son quiénes han firmado acuerdos de cooperación, mientras que, en África, han sido países como Egipto y Sudáfrica. En total, a día de hoy, más de 140 países han manifestado interés en la iniciativa, buscando mejorar la conectividad y fomentar la creación de una infraestructura logística actualizada que permita el comercio entre las diferentes regiones.

Ventajas logísticas de la formación de la nueva Ruta de la Seda

Son muchos los beneficios que trae consigo la creación de la Nueva Ruta de la Seda en cuestiones de comercio internacional. Mejora la conectividad, reduce costos de transporte y facilita el acceso a mercados emergentes. Además, estimula la inversión extranjera y optimiza los procedimientos aduaneros, creando un entorno favorable para el crecimiento económico y la cooperación global. Vamos a conocer detenidamente cada una de estas ventajas.

Mejora de la conectividad

La Nueva Ruta de la Seda establece una red de infraestructura logística que mejora significativamente la conectividad entre Asia, Europa y África. Esta red incluye carreteras, ferrocarriles y puertos modernizados, facilitando el transporte de mercancías. Al reducir las distancias y los tiempos de tránsito, las empresas pueden acceder a nuevos mercados, optimizando su cadena de suministro y mejorando la eficiencia operativa.

Reducción de costos de transporte

Con el desarrollo de nuevas rutas comerciales es posible reducir los costos de transporte. Esto se logra mediante la creación de corredores logísticos eficientes, que minimizan los peajes y los tiempos de espera en aduanas. Como resultado, las empresas pueden beneficiarse de precios más bajos en la logística, algo que reduce el precio final de los productos a los que accede el consumidor.

Acceso a mercados emergentes

La Nueva Ruta de la Seda proporciona a las empresas acceso a mercados emergentes en Asia Central, el Sudeste Asiático y África. Esto se traduce en la expansión de la base de clientes y la diversificación de los mercados.

Las empresas pueden aprovecharse de la creciente demanda en estas regiones, mejorando sus ingresos y fortaleciendo su presencia internacional en mercados en crecimiento.

Estímulo a la inversión extranjera

La iniciativa fomenta la inversión extranjera directa en países participantes al mejorar la infraestructura y la logística. Esta inversión no solo beneficia a las economías locales, sino que también ofrece a las empresas oportunidades para establecer operaciones en regiones estratégicamente ubicadas a lo largo de las nuevas rutas comerciales.

Facilitación del comercio internacional

Este proyecto consigue simplificar y agilizar los procedimientos aduaneros y logísticos en los países participantes. Se adoptan estándares internacionales y prácticas comunes, lo que provoca que haya menos obstáculos a la hora de poner en marcha proyectos comerciales. Esto acelera el movimiento de mercancías y mejora la transparencia y la previsibilidad en las transacciones comerciales.

Impacto de esta nueva infraestructura logística en el comercio internacional

Este ambicioso proyecto tiene un impacto significativo en el comercio internacional, sobre todo en mercados que a priori pueden resultar menos desarrollados, pero que son especialmente atractivos.

Al establecer nuevas rutas terrestres y marítimas, se reducen los tiempos de envío y los costos logísticos, permitiendo un flujo más eficiente de mercancías. Esto no solo beneficia a las empresas al expandir sus mercados, sino que también fortalece las cadenas de suministro globales.

De la misma forma, al simplificar los procedimientos aduaneros y promover estándares comunes, estamos fomentando un entorno más transparente y predecible para el comercio, impulsando así la cooperación económica y el crecimiento sostenible entre los países que forman parte del proyecto.

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