Qué es ser emprendedor: espíritu, propósitos e ideas
Quien se plantea qué es ser emprendedor puede estar a punto de tomar una de las decisiones más importantes de su vida: la de iniciar un negocio propio. Evaluar los pros y los contras, informarse acerca de casos de éxito de emprendimiento y buscar asesoría legal son algunos de los primeros pasos que suelen darse antes de constituir una empresa.
Pero, en un gesto que comienza entre documentación, cifras y burocracia se suele esconder mucho más. Hablamos del propósito, que es lo que define al emprendimiento actual y lo que diferencia lo que es ser emprendedor hoy en día con lo que significaba serlo hace algunos años, en la mayoría de los casos.
¿Qué es ser emprendedor?
El espíritu empresarial es el acto de crear un negocio mientras se construye y se escala para generar un beneficio. Pero quienes entienden qué es ser emprendedor tienen claro que tomar una determinación de este tipo también tiene que ver con transformar el mundo resolviendo algunos de sus problemas.
Iniciar un cambio social, crear un producto innovador que resuelve una cuestión relacionada con el medio ambiente o presentar una nueva solución que cambia la vida a muchas personas es parte del significado de lo que es ser emprendedor.
Por eso mismo el emprendimiento puede considerarse una forma de vida. Sin jefes, sin horarios y con los únicos límites que cada emprendedor tenga que autoimponerse, iniciar una aventura de este tipo supone dedicarse en cuerpo y alma al proyecto elegido.
Es importante que la idea subyacente apasione al futuro empresario, pero también que le aporte algo más. Y ese plus suele encontrarse en la trascendencia del propósito que motiva la misión del negocio.
¿Cómo piensa un emprendedor?
No todos los emprendedores actuales están en los veinte ni en su mayoría presentan habilidades técnicas muy por encima de la media. Cuando se analiza qué es ser emprendedor se constata que se trata de un tipo de hombre de negocios que puede presentar características tan dispares como las siguientes:
- Haber hecho un hallazgo tecnológico que puede impulsar la disrupción de los mercados dado su potencial innovador.
- Tener varias empresas a su nombre y haberse iniciado hace años, o incluso hace décadas, en el mundo de los negocios.
- Llevar tiempo trabajando por cuenta ajena hasta que una gran idea y una iniciativa de crowdfunding exitosa le ha permitido lanzar su propia iniciativa.
Pero, a pesar de esta diversidad, puede hablarse de un tipo de pensamiento empresarial, que se distingue por rasgos comunes, que identifican a esta clase de hombres de negocios con espíritu de emprendimiento. Son los siguientes:
- Pensar con anticipación. La visión de futuro es necesaria para descubrir oportunidades y planificar de forma más efectiva.
- Desarrollar habilidades transferibles. Es necesario pensar en las propias habilidades y en cómo se pueden aplicar a diferentes situaciones.
- Crear una red de negocio. Conocer personas en otros ámbitos, tanto empresariales como procedentes del exterior de la esfera de los negocios permite tener una perspectiva más amplia y facilita establecer conexiones que pueden ser de gran ayuda en el futuro.
- Ser flexibles. La adaptabilidad es una cualidad en un momento en que el cambio es una constante en todas las industrias.
Permanecer actualizado sería el último de estos rasgos en común que definen qué es ser emprendedor. La información es una ventaja competitiva y conocer las novedades del sector, así como invertir en formación pueden ser las claves para la resolución de los problemas más complejos que puedan presentarse, así como la llave para abrir las puertas a nuevas posibilidades.