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PyMEs y la Industria 4.0

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A mediados de este mes de julio, el Periodista Jesús de la Peña (@jespmartin), a quién agradezco, publicó en El Mundo una interesante nota sobre la 4ta Revolución Industrial, bajo el título La Industria 4.0 impulsa el cambio de mentalidad dentro de las compañías.

Me gustaría compartir en este post, algunas de las preguntas que Jesús de la Peña me ha hecho en la entrevista, orientadas hacia la relación entre la Industria 4.0 y las Pequeñas y Medianas Empresas, PyMEs. La idea es generar conciencia sobre la 4ta Revolución Industrial para que más empresas puedan mantenerse competitivas ante los desafíos que deparan en el mediano y largo palzo.

Jesús de la Peña – ¿Las empresas han tomado conciencia de que han de evolucionar rápidamente o si no se estancarán o, en el peor de los casos, desaparecerán?

Sinceramente, pienso que no. La mayoría de las empresas, principalmente las PyME, no han tomado conciencia de la revolución industrial que estamos transitando. La tecnología está evolucionando mucho más rápido de lo que podemos asimilar, entender o asumir. La información y la publicidad sobre las nuevas tecnologías, suena más a ficción que a realidad y los empresarios no consiguen ver los beneficios de aplicarlas.

Por ejemplo, las ventas ya no se producen en una tienda, sino desde una App en el smartphone. Por lo tanto, es obvio que las empresas deben tener presencia en la web, participar de aplicaciones móviles de e-commerce y realizar entregas a domicilio. Sin embargo, esto que parece obvio, no lo es.

Utilizar las ventajas de la Industria 4.0 no es algo que esté relacionado únicamente a los costos o la complejidad, sino que es un tema cultural. Todo cambio implica incertezas y miedos. Por ejemplo, con la automatización se perdieron miles de puestos de trabajo, pero se crearon muchos otros más, así como también aparecieron nuevas formaciones y oficios. Ese cambio cultural no fue inmediato, por ello no es extraño ver que aún las empresas no se aventuren hacia los conceptos de la Industria 4.0.

Paralelamente, como en toda transición, no se tiene certeza sobre cuáles serán las tecnologías que permanezcan en el mediano y largo plazo. Hasta el momento el big data, la inteligencia artificial, la robótica y la interconectividad son los grandes conceptos que delinean a la Industria 4.0, pero aún no sabemos la forma que terminarán adoptando.

Aún no estamos preparados. La Industria 4.0 también implica nuevos sistemas económicos, financieros y legales. La aparición del bitcoins o criptomoneda y la blockchain son claras tendencias hacia la probabilidad de que el dinero y las documentaciones legales en formato papel se extingan y pase a ser todo digital. Necesitamos una nueva educación, nuevas formaciones para poder operar en este entorno que ya es un hecho.

Lo cierto es que, por el momento, tenemos una gran incertidumbre.

Jesús de la Peña – ¿Están cambiando tanto las cosas o, en realidad, lo que está cambiando son los instrumentos que utilizamos en cada proceso?

Somos nosotros los que estamos cambiando. Que las cosas y los instrumentos cambien, es una consecuencia de nuestro cambio.

La humanidad ha aceptado la falta de conocimiento y ha entendido el lugar que ocupa en el Universo. Esto nos está llevando a descubrir nuevas cosas y a desarrollar nuevas tecnologías.

Jesús de la Peña – ¿Habría una tipología de empresa más avocada a cambiar su forma de hacer, de fabricar sus productos o sus procesos de producción?

Innovar no sólo es inventar algo nuevo, sino que también es hacer las cosas de una mejor forma a lo que se las venía haciendo. Desde este punto de vista, todas las empresas están en igualdad de condiciones para cambiar su forma de hacer o fabricar sus productos.

Sin embargo, las empresas dedicadas a la fabricación de productos tecnológicos son más propensas a cambiar sus procesos productivos. De hecho, están forzadas a hacerlo y forma parte de su modelo de negocios.

También tiene relación con las generaciones de management por la que las empresas transitan. Por una simple razón natural, las PyME con más de 60 años de actividad en el mercado están sufriendo cambios generacionales en sus ejecutivos. Sus fundadores, Baby Boomers, comienzan a ceder la dirección de la empresa a sus descendientes Generaciones X y Millennials, quienes son mucho más propensos a la tecnología, la innovación y el management propiamente dicho.

Como corolario, efectivamente existen empresas más avocadas a cambiar su forma de actuar, pero no se pueden clasificar en tipología, rubro o proceso productivo, sino que tiene relación con la propia cultura de la empresa.

Finalmente, los invito a reflexionar sobre las tecnologías que están aflorando y la forma de aplicarlas a los negocios actuales, con la intención de potenciarlos y garantizar la competitividad en el mediano plazo. La Industria 4.0 ya es un hecho y no podemos dejarla pasar.