Proyectos de electricidad: de lo cotidiano a las megaobras
La electricidad es uno de los recursos básicos para nuestra supervivencia. Puede ser de dos tipos: natural, cuando su fuente de producción es la naturaleza; o artificial, en caso de que sea la acción del hombre la que intervenga para convertirla, transformarla o usarla para una función determinada. En este último caso, dicho proceso sólo es posible si se pone en marcha una serie de acciones coordinadas y orientadas a un fin específico; es decir, que formen parte de lo que llamamos proyecto de electricidad. Desde hace siglos, pero especialmente en los últimos tres, el hombre se ha dedicado a la producción de electricidad artificial para el funcionamiento de máquinas, sistemas de transporte, artefactos o alta tecnología, entre otras necesidades. Esto, si bien nos ha ofrecido innumerables beneficios en nuestro día a día, también ha provocado nuestra dependencia a la energía, cuya capacidad de renovación está en entredicho. Actualmente se habla, incluso, de formas de producción de electricidad más sostenibles o del tránsito a otros tipos de energía.
Pequeños y grandes proyectos de electricidad
Los proyectos de electricidad no sólo tienen que ver con aquellas grandes obras o construcciones de largo alcance. También están reflejados en pequeños sistemas de los que nos beneficiamos día a día y que, sin embargo, apenas notamos. O dicho de otra forma: un proyecto de este tipo se orienta al diseño y la puesta en marcha de soluciones relacionadas con la producción de electricidad o su consumo. No importa el contexto; en esta categoría entran tanto la instalación de una nueva red eléctrica de una vivienda familiar como la sustitución del alumbrado público en una ciudad como Nueva York. Por supuesto, el nivel de impacto y el número de tareas previstas los convertirán en proyectos más o menos complejos. En el primer ejemplo, los beneficiarios sólo serán los miembros de la familia de esa vivienda; en el segundo, serán todos los habitantes de la ciudad. Los hay de corto, mediano y largo alcance.
Principales características del proyecto de electricidad
Dicho lo anterior, ahondemos más en la esencia de estos proyectos, que se definen por ciertas características y elementos del contexto:
a) Parten de un problema o necesidad. A diferencia de los proyectos que usan el método científico, los de electricidad no intentan demostrar nada; su objetivo es plantear soluciones o desarrollar sistemas ante una necesidad que se ha detectado en un contexto específico.
b) Requiere un plan de acción. Al ser proyectos necesariamente prácticos, es indispensable que sus responsables elaboren un plan de acción en el que se incluyan plazos, tareas y recursos necesarios. Del mismo modo, se deben definir los grupos de trabajo y los roles de cada integrante.
c) Uso de materiales. Por esto mismo, es indispensable que se realice una descripción detallada de los materiales para la ejecución de tareas. Recuerda, son proyectos que actúan sobre el terreno.
d) Pueden formar parte de proyectos más grandes. En algunos casos, los proyectos de electricidad ocupan un segundo o tercer renglón en procesos más complejos, como es el caso de las construcciones de edificios o las obras de gran complejidad. Cuando es así, la instalación de redes eléctricas o de fuentes de energía es apenas un recurso complementario.