Principales ventajas del ciclo de vida iterativo
Cuando se habla de «ciclos de vida iterativos» se hace referencia a todos aquellos procesos de trabajo en los que un proyecto se divide en etapas continuas, denominadas «iteraciones», que buscan mayor eficacia y productividad. Métodos como Kanban, Agile o Lean son algunos de los ejemplos más representativos del ciclo de trabajo iterativo, surgidos casi todos a partir de mediados de la década de los años 70's y aplicados en la actualidad por las empresas más competitivas. La aparición de estos métodos ha sido, en parte, una respuesta a los puntos débiles del modelo de desarrollo en cascada, el cual plantea secuencias demasiado rígidas entre las distintas etapas que conforman un plan de empresa. ¿Cuáles son, entonces, las ventajas de aplicar un método de desarrollo iterativo? ¿Qué beneficios directos puede obtener una empresa? ¿Cómo aplicarlos?
Los ciclos iterativos. ¿Qué gana una empresa con ellos?
Aunque en principio fueron empleados para procesos de desarrollo de Software, las metodologías iterativas pueden ser aplicables a cualquier tipo de proyecto, siendo más oportunos para aquellos de carácter complejo o que no están del todo definidos. También son conocidos como ciclos de trabajo incrementales, es decir, aquellos en los que tanto el trabajo como el equipo que lo desarrolla van evolucionando a lo largo de las etapas. Esta evolución se hace patente en los objetivos, los costes, el cumplimiento de tareas y la satisfacción del cliente. No obstante, actualmente son muchas las empresas que se mantienen fieles a otros modelos de desarrollo de trabajo, en los cuales, por lo general, se designan labores desde un nivel alto de jerarquía y los resultados sólo se presentan al término del proceso. Son los modelos con énfasis en los resultados. Veamos algunos de los beneficios que ofrecen los ciclos iterativos a las empresas en el momento de poner en marcha un proyecto:
- Análisis de avances: al fraccionar el proyecto en etapas, el equipo de trabajo tiene la posibilidad de analizar los resultados en cada una de ellas e incorporar mejoras para la entrega final. Todo lo contrario que algunos métodos tradicionales, en los que se fija una fecha de entrega y el análisis se realiza sobre los resultados finales.
- Manejo de riesgos: este modelo de planificación por secciones también permite la evaluación de riesgos que pueden irrumpir durante la ejecución del proceso. Los ciclos iterativos son partidarios de soluciones parciales en vez de esperar hasta el final para realizar un «análisis macro» del proyecto.
- Retroalimentación: el llamado «feedback» es unas de las características de los métodos de vida iterativos. Al plantear un desarrollo dosificado, cada fase propicia el diálogo entre el equipo de trabajo, el líder del proyecto y, por supuesto, el cliente. Todo lo que deba analizarse o corregirse debe ir en consonancia con los objetivos propuestos y la satisfacción del destinatario.
- Flexibilidad: no sólo en cuanto a la introducción de cambios, sino también en las situaciones en que los objetivos no hayan sido claramente definidos desde el inicio. En estos casos, el proceso mismo puede ser la oportunidad para fijarlos y llevarlos a cabo.