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Principales técnicas para mejorar la motivación en el trabajo

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De un tiempo para acá, las empresas son cada vez más conscientes de la importancia de tener equipos de trabajo motivados. Es un elemento que juega un papel decisivo a la hora de evaluar el rendimiento y el desempeño laboral. El asunto, ahora, pasa por determinar de qué modo y a través de herramientas llevar a cabo esos procesos de motivación. Existen numerosas técnicas, tantas como empresas en activo, pero no todas se acoplan a las necesidades y las expectativas de cada caso. Es preciso evaluar antes sus beneficios reales. Por ejemplo, los métodos de motivación nunca podrán ser los mismos en situaciones de crisis económica que en otro en donde una compañía  inicie su trayectoria comercial. Si bien ambos necesitan estrategias para motivar a los equipos de trabajo, los objetivos, los intereses y las expectativas son distintos en cada caso. De ahí que, cuando una compañía se plantee la realización de jornadas conjuntas para potenciar la motivación entre sus integrantes, el primer paso consiste en identificar lo que se busca con dichas jornadas.

La motivación, en su sentido más tradicional, se constituye por aquellas actividades capaces de provocar, mantener y dirigir una conducta determinada hacia uno objetivo, generalmente compartido. Dos son los principales tipos de motivación:

  • Motivación extrínseca:

Aquella que se centra en los beneficios que se obtendrán tras la realización de una serie de tareas. Se busca un resultado óptimo y evitar consecuencias que no reporten ninguna utilidad para los procesos.

  • Motivación intrínseca:

Por el contrario, este tipo de motivación se centra en la satisfacción que genera la tarea delegada. Es decir, la labor en sí misma ya genera motivación y ayuda a que el rendimiento de quien la realiza aumente, más allá de los resultados. Es un tipo de motivación que suele asentarse en climas laborales óptimos, abiertos y con sistemas de dirección participativos.

¿Cómo potenciar la motivación en mi empresa?

Tal como se dijo antes, las técnicas son numerosas y diversas tanto en el fondo como en la forma. Aun así, un estándar de estrategias de motivación debe incluir algunas de las que enumeramos a continuación:

1. Dar mayor autonomía:

Los sistemas autocráticos son partidarios del seguimiento y la monitorización permanente. Sin embargo, no hay nada más cómodo para un trabajador que la autonomía, la independencia y la responsabilidad que él mismo asuma sobre las tareas que le han delegado. Esto evitará climas opresivos.

2. Establecer un sistema de incentivos:

No se trata de poner el énfasis en la recompensa que supone algún triunfo o una buena acción. Sin embargo, es importante que los trabajadores sepan que hay premios, ventajas y retribuciones por su buen desempeño, aunque éstos sean simbólicos o tengan un carácter distinto al económico.

3. Fomentar las relaciones:

Los espacios democráticos y en los que predominen el diálogo y el intercambio de ideas son más propicios al aumento de la motivación laboral. El sólo hecho de relacionarse ayuda a que los integrantes de una empresa sean conscientes de sus labores y del papel que ocupan, entre otros beneficios.

4. Ofrecer oportunidades de ascenso:

Puede situarse como un incentivo más, pero tiene un carácter especial porque supone la promoción interna de los integrantes de una compañía. Cuando estos sistemas funcionan bien, los trabajadores se esforzarán por dar lo mejor de sí y escalar posiciones en la estructura corporativa.