ODS 7: Energía asequible y no contaminante
Cada día escuchamos hablar sobre las energías limpias y podemos tener la impresión de que la energía se está volviendo más sostenible y ampliamente disponible. Sin embargo, la reciente guerra en Europa ha incrementado el riesgo de crisis energética y la dependencia de fuentes de energía fósiles y gran parte de la población del planeta carece de electricidad.
El ODS 7 pretende asegurar el acceso a energía no contaminante a nivel mundial. Es necesario expandir el uso de la energía renovable más allá del sector eléctrico.
¿En qué consiste el ODS 7?
El desarrollo humano está condicionado por el acceso a fuentes de energía seguras y continuas. El crecimiento de la población mundial implica el crecimiento de la demanda de energía, que es necesaria para la evolución de las sociedades y para el desarrollo económico.
Por tanto es imprescindible facilitar el suministro de energía a toda la población y mejorar a escala global el acceso a sistemas de cocción, calefacción, iluminación de escuelas y hospitales, comunicación y acceso a internet, máquinas y herramientas de trabajo.
Todos estos elementos repercuten directamente sobre el desarrollo. A su vez, el incremento poblacional y el masivo uso de la energía hacen necesario que ésta sea sostenible y respetuosa con los recursos naturales, para garantizar su disponibilidad para futuras generaciones.
El ODS 7 busca garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos. Naciones Unidas nos pone sobre la pista de los siguientes datos que justifican la necesidad de este objetivo:
El 13% de la población mundial carece de acceso a servicios modernos de electricidad.
El volumen de personas que dependen de la madera, el carbón, el carbón vegetal o los desechos de origen animal para cocinar y calentar la comida es de más de 3.000 millones.
La energía representa alrededor del 60% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Es el principal factor que repercute en el cambio climático.
Más de 4,3 millones de personas fallecen anualmente a causa de la contaminación del aire en locales cerrados debido al uso de combustibles para la energía doméstica. 6 de cada 10 de estas muertes corresponden a mujeres y niñas.
El consumo de energías renovables sobre el total, a nivel mundial es de un 17% aproximadamente.
¿Cuáles son las metas del ODS 7?
Las metas que Naciones Unidas establece en la AGENDA 2030 para el cumplimiento del ODS 7 son:
En primer lugar, garantizar el acceso universal a servicios energéticos asequibles, fiables y modernos para toda la población.
Incrementar de forma considerable el uso de energías renovables en proporción al conjunto de fuentes energéticas.
Duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética (que posteriormente se ha fijado en un objetivo de 0 emisiones para 2050).
Aumentar la cooperación internacional para facilitar el acceso a la investigación y la tecnología relativas a la energía limpia, incluidas las fuentes renovables, la eficiencia energética y las tecnologías avanzadas y menos contaminantes de combustibles fósiles, y promover la inversión en infraestructura energética y tecnologías limpias.
Ampliar la infraestructura y mejorar la tecnología para prestar servicios energéticos modernos y sostenibles para todos en los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países en desarrollo sin litoral, en consonancia con sus respectivos programas de apoyo.
¿Qué pueden hacer las empresas para cumplir con el ODS 7?
Las recomendaciones del Pacto Mundial a las empresas, de cara a contribuir a las metas para el cumplimiento del ODS 7 son las siguientes:
Las empresas deben crear una política energética que establezca las directrices de la empresa en relación con el acceso y uso de la energía.
Proporcionar formación a empleados y proveedores en materia de eficiencia energética y crear guías con pautas de ahorro y consumo en oficinas y fábricas.
En el caso de las empresas del sector energético y petroquímico, transformar el modelo de negocio invirtiendo en energías renovables como núcleo principal, en detrimento de los combustibles fósiles.
Gestionar los desplazamientos de empleados, proveedores y productos fomentando la movilidad sostenible.
Establecer criterios de eficiencia energética y uso de energías renovables en los edificios e instalaciones de la empresa, implantado sistemas certificados de gestión energética.
Establecer internamente medidas de ahorro y eficiencia energética, por ejemplo, invirtiendo en tecnologías de alta eficiencia o implantando medidas y control de consumos.
Proporcionar condiciones laborales dignas a los proveedores en países con legislaciones débiles, asegurándose de que los trabajadores cuenten con sistemas eléctricos en las instalaciones y un sueldo suficiente, que les permita a ellos y a su familia contar con electricidad en sus propios hogares y acceder a combustibles y tecnologías no contaminantes y seguros para cocinar y calentarse.
Inviertir en eficiencia a lo largo de la cadena de suministro, para ayudar a reducir el coste energético. Emitir bonos verdes para la financiación de proyectos sostenibles como las energías renovables o la eficiencia energética.
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