Metodologías agiles: Scrum y kanban y XP
Cuando los modelos de gestión tradicional dejaron de satisfacer las necesidades de los profesionales del área, especialmente en lo que tiene que ver con la implementación de soluciones y la intervención de los clientes o destinatarios, surgió un manifiesto en el que se proclamó una nueva era en la dirección de proyectos.
Era el punto de arranque de las metodologías Ágile , un grupo de herramientas que buscaba optimizar los procesos de gestión y adecuarlo a la era de la digitalización y el manejo de herramientas tecnológicas.
Dicho manifiesto incluía 12 principios que con el paso de los años dieron lugar a nuevas herramientas de gestión, especialmente en el desarrollo de proyectos de software. Las más conocidas hasta el momento son Scrum, Kanban y XP.
Scrum, Kanban y XP: el valor de una buena elección
Estas herramientas empezaron a ganar verdadero protagonismo hacia finales de los años 90 y en la primera década del siglo XXI.
Si bien siguen los parámetros que en su momento se esbozaron en el manifiesto Ágile, no todas pueden implementarse en cualquier circunstancia. Cada una cuenta con características y funcionalidades que las hacen especialmente idóneas para contextos, necesidades y dinámicas diferentes. Pueden ser complementarias, sí, pero eso no supone que sea lo mismo elegir una u otra.
Hacer esta distinción es necesario. Por ejemplo, esto queda aún más claro si centramos la mirada en las tres herramientas más empleadas:
1. Scrum: trabajo por iteraciones
Hasta el momento es la más conocida de las herramientas Ágile. Es especialmente útil para proyectos donde los equipos tengan poca autoestima o presentan bajos índices de rendimiento; también para aquellos casos en que la calidad del producto sea inferior a la esperada, cuando los costes se disparen o incluso cuando las entregas del producto se alargue más de lo previsto y sea necesario intervenir el proceso.
Scrum basa su modelo de gestión en la división del trabajo en iteraciones, así como en una continua inspección de los resultados parciales.
2. XP: la adaptabilidad ante todo
Considerada la mejor herramienta para el desarrollo de software, Xtreme Programmig pone el énfasis en la adaptabilidad del proceso antes que en la previsión de incidentes. Los partidarios de XP consideran que los accidentes, fallos o inconvenientes que surgen durante un proyecto son elementos naturales y que, por tanto, más vale saber adaptar el proceso antes que suspenderlo y poner en riesgo sus resultados. Esto se logra gracias a una integración de los elementos, humanos o técnicos, y a la retroalimentación entre ellos. Es idóneo para proyectos dinámicos y cambiantes.
3. Kanban:
Implementada por primera vez en los años 80, en el sector automotriz, Kanban es una herramienta orientada a la gestión de proyectos especialmente complejos o en los que se presenten cuellos de botella, es decir, acumulación de tareas y funciones. El método sirve para despejar y aclarar lo que en principio no tiene solución; se emplea a fondo en la culminación de una de las fases del proceso y busca que la calidad del producto o servicio corresponda con los objetivos iniciales.