Principales ventajas y limitaciones de las metodologías ágiles
Las metodologías ágiles surgieron a finales de los años 90 como respuesta a los modelos tradicionales de gestión empresarial. Fue un momento en que el sector exigía nuevas dinámicas y soluciones para afrontar los retos del nuevo siglo, caracterizado mayoritariamente por la expansión de Internet y las nuevas tecnologías. La premisa era una sola: renovarse en la gestión.
A partir de entonces, muchas disciplinas se acogieron a la metodología ágile para la puesta en marcha de sus proyectos, especialmente los que tenían que ver con el sector del software. Scrum fue la más empleada. Entre otras novedades, ágile introdujo el método de clasificación de las etapas de un proyecto en pequeños bloques —también llamados iteraciones—, que a su vez albergaban las tareas propias de cada etapa. Del mismo modo, supuso una optimización de los recursos al clasificar las tareas en las que tienen un mayor impacto en los proyectos y las que no. De esta manera se logró una jerarquización más óptima de las prioridades.
Principales ventajas de las metodologías Ágiles
Además de las mencionadas en el apartado anterior, las metodologías Ágile supusieron beneficios como los que señalamos a continuación:
- Rápida respuesta a los cambios. Al ser procesos evolutivos, los equipos de trabajo pueden implementar soluciones sobre la marcha. Ya no es necesario esperar hasta el final para corregir fallos.
- Intervención del cliente en el proceso. El cliente interviene de una forma activa en cada una de las etapas del proceso. Puede aportar ideas y opinar sobre los resultados que se le van entregando progresivamente.
- Entregas del producto a intervalos. Las entregas parciales o en bloques mejoran la optimización de recursos y optimizan las labores de seguimiento y control. El producto final es, en realidad, la suma de varios productos parciales que han sido monitorizados varias veces.
- Eliminación de tareas innecesarias. Al priorizar las tareas de un proceso, los responsables del mismo saben con certeza cuáles tienen un mayor peso y cuáles resultan secundarias o, incluso, innecesarias. Esta distinción ayuda a centralizar esfuerzos y a unificar criterios de actuación.
Desventajas e inconvenientes de las metodologías Ágile
Sin embargo, no todos los sectores empresariales han acogido las metodologías Ágile con el mismo entusiasmo. Las empresas que son más partidarias de poner en marcha procesos basados en el Ciclo de Vida de los productos han encontrado en ellas serios inconvenientes para la consecución de sus objetivos:
- Fuerte dependencia de los líderes. Los equipos de trabajo dependen en buena medida del liderazgo de la persona responsable. Las reuniones continuas y las evaluaciones periódicas hacen que la persona que encabeza el proyecto centralice casi todas las decisiones y responsabilidades.
- Falta de documentación. Las metodologías Ágile no plantean alternativas a para la recolección de la información de los proyectos. Simplemente plantea la manera cómo se llevarán a cabo las acciones.
- Soluciones erróneas en etapas largas. Cuando las iteraciones tienden a ser muy largas, se corre el riesgo de que las soluciones esbozadas al inicio de las etapas no sean las correctas. Una fase larga puede evolucionar mientras se está ejecutando y, por tanto, las medidas tomadas tienen a perder vigencia.