Las direcciones financieras ante los incrementos de inflación y de tipos de interés
Aunque ya tratamos en un anterior post de este blog hace casi un año “Las consecuencias del incremento de la inflación”, los datos de IPC recientemente publicados son aún mayores de lo esperado y sin comparación en los últimos cuarenta años. Además, las tensiones que ya previmos entonces en relación a una subida de tipos de interés se están materializando. En ese sentido, parece pertinente revisar la posición que deben tomar las direcciones financieras ante esta difícil situación macroeconómica.
Cuál es la actual situación macroeconómica: inflación
Cuando en mayo de 2021 nos mostrábamos alarmados ante una cifra del 4.2% interanual de inflación en Estados Unidos, no podíamos vislumbrar que se disparara en el cierre del año en un 7%: una cifra no alcanzada desde 1982. La razón subyacente de este incremento de precios sigue siendo principalmente el precio de la energía, pero no se esperaba que se mantuviera durante tanto tiempo y a niveles aún más altos, y sobre todo se cuestiona si nos estamos situando en una coyuntura inflacionaria durante un periodo largo y las consecuencias adicionales que este entorno de precios pueda tener.
Cuál es la actual situación macroeconómica: tipos de interés
Una de las primeras y evidentes consecuencias de un escenario de alta inflación es la subida de tipos de interés: recordemos que la misión fundamental de los bancos centrales es mantener la estabilidad de precios, por lo que se han anunciado acciones inmediatas de política monetaria para cumplir este objetivo, y además de las ligeras subidas ya efectuadas, los mercados ya están descontando subidas de tipos de interés a largo. En ese sentido, pese a que las tasas se han mantenido relativamente estables en el corto plazo, las curvas a largo se han incrementado sustancialmente: unos 50 puntos básicos solo en el último mes.
¿Qué consecuencias tiene esta situación macroeconómica en las direcciones financieras?
Este entorno macroeconómico está resultando en inestabilidad e incertidumbre en los mercados como ya comentamos en el anterior post. No obstante, si esta situación de alta inflación y tipos de interés se prolonga varios trimestres más, podemos vernos abocados a un periodo de ralentización o parada de inversiones y eventualmente volver a una recesión económica que ponga en peligro las compañías.
¿Qué pueden hacer las direcciones financieras ante esta situación macroeconómica?
Las direcciones financieras tienen que estar listas para ese eventual escenario de altos tipos de interés e inflación en el largo plazo: una medida evidente sería buscar contratos de suministro o de cierre de derivados a un plazo aún más largo del que teníamos. Así, en el caso de los tipos de interés las curvas forward están proporcionando unos precios más bajos en coberturas a 15 o 20 años que en el plazo más habitual de 5 a 10. Adicionalmente, las empresas pueden buscar alternativas de suministro menos convencionales que permitan mitigar los altos precios: por ejemplo, bajar la factura de energía invirtiendo en autoconsumo o eliminar intermediaciones.