Consecuencias de la crisis del Covid19: el incremento de la inflación
Hemos dedicado en este blog una serie de artículos sobre el efecto del Covid19 en las direcciones financieras tanto en el inicio de la pandemia, como en la segunda ola, y ahora que con la extensa campaña de vacunación a nivel global parece que la crisis sanitaria está remitiendo, es fundamental volver a analizar sobre cómo posicionar correctamente a las empresas en esta nueva situación.
En ese sentido, la mayor noticia macroeconómica de estas últimas semanas es la publicación de los datos de inflación en EE.UU: aunque se esperaba un aumento relevante, la realidad ha sido superior a lo esperado situándose en un 4.2% interanual, el máximo desde 2008 y muy por encima del objetivo de la Reserva Federal del 2% a largo plazo.
¿Por qué está subiendo la inflación?
El análisis de los componentes dentro del cálculo de la tasa nos indica que la causa principal es el incremento de los precios de la energía, que se ha ubicado por encima del 25% interanual. No obstante, también hay que tener en cuenta los problemas logísticos que se están produciendo a escala global, en parte por el incidente del Canal de Suez, que han ocasionado una subida de los costes de envío de mercancías.
¿Pero va a subir más la inflación?
La progresiva reapertura de la economía ocasionada por la superación de la crisis sanitaria podría ejercer tensiones inflacionistas sobre la economía: en la medida que los consumidores puedan tender a gastar el exceso de ahorro acumulado durante el confinamiento. Pero además, las causas que actualmente están generando el incremento de la inflación; que como hemos comentado son principalmente los problemas de la cadena de suministro y las tensiones alcistas en los precios de la energía, no parece que se vayan a solucionar en el corto plazo.
¿Qué consecuencias tiene un escenario de alta inflación?
En primer lugar, las que conocemos por la teoría: pérdida de poder adquisitivo y generación de incertidumbre e inestabilidad del mercado que pueden ralentizar la toma de decisiones y por tanto la economía.
Pero hay que considerar asimismo las consecuencias derivadas, principalmente el incremento de tipos de interés a que probablemente se vean abocados los bancos centrales para cumplir su mandato de controlar la inflación: de hecho, ya se están viendo subidas de los bonos a diez años en muchos países.
Además, los incrementos de los índices de inflación y de interés llevan aparejado un incremento de las tasas de retorno esperadas para la inversión y en consecuencia una disminución de las valoraciones analíticas de las empresas. Es de prever por tanto que una alta inflación pueda frenar o incluso revertir la subida de las cotizaciones bursátiles.
¿Qué pueden hacer las direcciones financieras en este escenario de incremento de inflación?
Una vez sean conscientes de la situación, las direcciones financieras de las compañías deben tomar contramedidas para intentar mitigar los efectos perniciosos del incremento de la inflación. En primer lugar, deben ser ágiles en el traslado de la subida de precio de los costes a las ventas para trasladar el incremento al comprador y que no se quede en la propia cuenta de resultados. Además, hay que controlar los incrementos en costes de producción y financieros, por ejemplo con contratos a más largo plazo o sirviéndose de derivados financieros que puedan mantener ambas tasas bajo control.