Etapas de un proyecto social: un diseño que garantiza el éxito
El éxito de un proyecto de acción social depende en gran medida de su diseño. La forma de definir y llevar a cabo las distintas etapas de un proyecto social procurarán un desarrollo más o menos satisfactorio de la iniciativa.
Etapas de un proyecto social
Aunque todas las iniciativas son diferentes y en cada caso deben analizarse las circunstancias particulares, entre las principales etapas de un proyecto social se podrían citar las siguientes:
1) Identificación de la necesidad: esta fase comienza por recabar la información que se precisa sobre un tema, para profundizar en ella y detectar un problema específico en el que centrarse. Además, conviene reforzar el conocimiento extraído de esta abstracción mediante:
- Desplazamientos físicos al lugar donde se planea llevar a cabo la acción.
- Talleres para desarrollar las principales ideas que dirigirán la iniciativa.
- Investigación y análisis más a fondo.
2) Definición de los grupos de interés y las necesidades específicas de la comunidad afectada por la cuestión a resolver: la segunda de las etapas de un proyecto social consiste en puntualizar los aspectos a tratar durante la ejecución del proyecto, para poder aumentar la precisión de la planificación. En esta fase hay que tener en cuenta que:
a. Se considera grupos de interés a las personas involucradas en el problema: tanto las afectadas por él en mayor o menor medida, como las que tienen la capacidad de influir en su resolución o propiciar el cambio.
b. No puede concluir este paso sin haberse evaluado las necesidades y fortalezas de la comunidad relacionada con el problema planteado. En esa evaluación hay que considerar aspectos como si ya existen otras organizaciones ocupadas con el mismo tema o si hay necesidades que no se han abordado.
3) Creación del equipo de trabajo: cualquier proyecto requiere de factor humano. Las personas son las que se encargan de convertir en realidad las metas descritas sobre el papel. Las etapas de un proyecto social relacionadas con la composición del grupo de trabajo pueden resolverse mediante:
- La asociación con otras organizaciones.
- El reclutamiento de perfiles especializados.
- La solicitud de colaboración a personas de círculos cercanos.
De todos los candidatos habrá que evaluar fortalezas y habilidades, de forma que sea posible determinar quiénes son más aptos para participar en el proyecto, con qué rol y a cargo de qué responsabilidades.
4) Planificación: cuando se tiene claro el propósito, los objetivos y los recursos (materiales y humanos que se precisan y de que se disponen) es momento de marcar las directrices a seguir. La planificación es fundamental para poder alcanzar la meta planteada y, para hacerla correctamente es interesante apoyarse en técnicas de gestión de proyectos como:
- Diagrama de Gantt.
- Pert.
- Camino de la ruta crítica.
5) Ejecución: en esta etapa se desarrolla lo planeado. Los equipos se ocupan de luchar por la consecución de sus objetivos, los recursos se consumen controladamente y el papel del Project Manager en una de las etapas de un proyecto social más determinantes para su resultado es orquestar todos los movimientos para que el esfuerzo concluya en un resultado satisfactorio.
6) Supervisión y evaluación: la monitorización esencial para comprobar que se avanza hacia las metas planteadas. El establecimiento de indicadores para la recogida de métricas sobre áreas relevantes que ayuden a hacer un seguimiento adecuado del progreso de proyecto resulta esencial. A la vista de los datos se podrán realizar los ajustes necesarios para no perder alineación con el objetivo último.
La última de las etapas de un proyecto social sería la de finalización, cuando la iniciativa se da por concluida y se confirma que se ha logrado el fin propuesto. En este momento se podrá asegurar que se ha logrado plantar cara a una desigualdad o se ha conseguido mejorar las condiciones de vida de un grupo humano.