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Estructura divisional, ¿en qué me beneficia?

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Un negocio puede adoptar distintas estructuras y modelos de organización interna: más o menos autoritarias, con mayor o menor nivel de delegación de tareas, personalistas o participativas, flexibles o conservadoras, entre muchas otras. Sin embargo, ¿qué crees que pasaría si asumes una estructura divisional?

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¿Qué supone una estructura divisional para mi negocio?

Como su nombre lo indica, la estructura divisional se caracteriza por organizar las tareas de una cadena productiva o un proyecto en grupos geográficos, mercados o en grupos de productos o servicios.

O dicho de otra manera, la esencia de este modelo radica en la división de las tareas en áreas, departamentos o secciones Para que tal cosa pueda llevarse a cabo, cada una de dichas áreas de la organización debe contar con sus propios recursos, de forma que no dependa estrictamente de un mando central único.

La estructura divisional se adapta especialmente fácil a empresas con modelos de liderazgo y gestión basados en elementos como la independencia, la responsabilidad específica y la autonomía de sus integrantes.

Ojo, no es que la gestión central o dirección general desaparezcan para dar paso a una serie de mandos intermedios. No: de lo que se trata es de delegar las tareas lo máximo posible en departamentos o grupos de trabajo y dejar que los procesos adquieran su propio ritmo y dinámica hasta su materialización definitiva.

Lo que ganamos al aplicar una estructura divisional

Como cualquier otro modelo de organización empresarial, la estructura divisional no está exenta de mejoras o incluso de limitaciones. No es una fórmula mágica que desaparezca de un golpe de vista los fallos de gestión de las empresas.

Sin embargo, proporciona una serie de beneficios y ventajas generales que no tienen otros modelos o estructuras. ¿Quieres conocer algunos de ellos? Presta atención a la lista que te presentamos a continuación:

  • Permite centrarse en cada uno de los tipos de clientes, sobre todo si se trata de una empresa que tiene varios productos activos en un mercado. En este caso, cada departamento o grupo se ocupa de un perfil de consumidor.
  • Refuerza el compromiso, la eficiencia y la productividad de todos los miembros de los equipos de trabajo, quienes asumen responsabilidades propias.
  • Dinamiza algunos procesos internos que con otros modelos o estructuras están sujetos a decisiones en las distintas cadenas de mando. En este caso, los departamentos o áreas gozan de altos niveles de independencia y autonomía, aunque sin romper con las directrices generales.
  • Facilita la operatividad de aquellas organizaciones que tienen presencia en ciudades, regiones, países o continentes distintos. Los mayores costes que supone el funcionamiento de estos grupos en las sucursales se equilibra con los beneficios de una mayor visibilidad y presencia en el mercado.

La estructura divisional es un modelo organizacional que se ha probado sobre todo en empresas de Estados Unidos y del ámbito europeo, es decir, en contextos donde la gestión y la dirección tienden actualmente a otorgar una mayor libertad a los distintos integrantes y departamentos que componen los negocios. ¿Te sumarías a la tendencia?

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