Esquema básico de un cierre contable en un negocio
El cierre contable es un proceso que refleja los beneficios de un negocio durante un período determinado. Por lo general, se suele realizar al finalizar un año contable, es decir, el 31 de diciembre del año en curso. Sin embargo, las empresas que se rigen por otros calendarios pueden hacerlo a mitad de año o incluso al término de plazos específicos que se hayan establecido con anterioridad.
Elementos característicos de un cierre contable
Antes de ello, sin embargo, es necesario poner en orden ciertos elementos relacionados con el período que acaba. Sea cual sea el negocio, un cierre contable exige acciones como las que mencionamos a continuación:
- Comprobación de sumas y saldos. La idea es detectar problemas en las cuentas que formarán parte de tu cierre contable y realizar los cambios que sean necesarios. Debes tener en cuenta la fecha fijada para el cierre.
- Valoración de existencias. Se trata de restar las existencias no consumidas en un período del total de las compras realizadas.
- Dotaciones de amortizaciones. Es fundamental que la amortización del material inmovilizado refleje el desgaste de los activos y sus respectivos gastos.
- Periodicidad de gastos e ingresos. Se trata de redistribuir en la cuenta de resultados los gastos e ingresos de un ejercicio.
- Unificación de cuentas. Por último, es importante que hagas una unificación de datos en una sola cuenta, la cual debe reflejar tanto los gastos como los ingresos. Todas las cuentas deben quedar saldadas de cara al cierre contable.
Cierre contable: otras acciones complementarias
Valga decir que, además de las acciones mencionadas en el apartado anterior, cada empresa puede añadir las que considere necesarias para un buen proceso de cierre contable. Nadie mejor que los responsables de este departamento para saber cuáles son las necesidades principales de sus compañías.
Ahora bien, existen otras acciones que pueden complementar el proceso y aportar datos precisos, fidedignos y útiles de cara a la presentación del informe de cierre contable, que es en realidad el último paso del proceso. Repasemos algunas:
- Presentación de liquidaciones tributarias. Tus cálculos de un período se harán mucho más sencillos si en ellos incluyes lo correspondiente al impuesto del IRPF, la última liquidación del IVA, el registro de transacciones e incluso el impuesto de sociedades, que se suele gestionar antes del 25 de julio.
- Legalización de libros contables. Estos libros tienen información valiosa para el proceso y como tal deben estar actualizados en el momento en que se realice el cierre contable. Recuerda para que todo lo allí consignado adquiera valor financiero, debe estar avalado por las autoridades del área.
- Resúmenes anuales. Puedes incluir las declaraciones de carácter informativo que estén vigentes en el plazo del cierre contable. Tienes que adjuntarlas a la información que hayas recopilado y llevarlas ante las autoridades que certifican y regulan este tipo de documentos.
El cierre contable es un proceso de vital importancia no solo para el futuro inmediato de las empresas, sino también para analizar su sostenibilidad y rentabilidad de cara a períodos más largos. ¡Empieza, ahora ya sabes cómo hacerlo!