Dirección de operaciones: rediseñando el futuro de la compañía
Hoy día, la dirección de operaciones se muestra mucho más proactiva que hace algunos años. Si bien la tendencia era adoptar el diseño de los procesos sin introducir cambios, desde hace algún tiempo ha ido desplazándose hasta poner el foco en la reingeniería de procesos.
Ya en la década de los noventa, la reingeniería de procesos de negocio era el movimiento de gestión más influyente; una evolución natural a la preocupación por la calidad que caracterizaba a los diez años precedentes. Sin embargo, en la actualidad este concepto se relaciona más con el control del flujo y la integración tecnológica.
La dirección de operaciones del futuro se mueve entre la automatización, los sistemas cognitivos y el desarrollo de capacidades.
La optimización de la dirección de operaciones
A medida que las corporaciones se alejan de una dirección de operaciones basada en la reducción de costes para acercarse a una centrada en la generación de valor, la reingeniería de procesos parece perder notoriedad. No obstante, para lograr un crecimiento sostenible, el rediseño y las mejoras de los procesos siguen siendo necesarios, en tanto en cuanto entregan mejoras de desempeño. El impulso al rendimiento se traduce en eficiencia y ésta en la generación de ingresos.
La fórmula de la reingeniería de procesos sigue incluyendo el tiempo, los recursos y los costes como variables principales, aunque el factor diferencial lo pone la aplicación de algunos de los nuevos principios de la dirección de operaciones:
- Orientación a objetivos
- Aceptación de la necesidad de cambio
- Búsqueda de la innovación
- Incorporación de la tecnología a los procesos
Los avances tecnológicos permiten introducir transformaciones en los procesos, que en algunos casos llegan a ser radicales. El fin de esta estrategia es lograr que éstos impulsen el crecimiento de la organización y, para ello, es preciso que, antes de obrar los cambios se lleve a cabo una labor de identificación de las áreas susceptibles de mejor y análisis de las posibilidades en cada caso. Antes de hacer cambios en cualquier proceso es necesario ganar comprensión acerca del modelo de negocio.
Para conseguir este conocimiento, la dirección de operaciones debe moverse en dos direcciones:
- Consecución de las capacidades analíticas suficientes.
- Acceso a información de calidad para una toma de decisiones impulsada por datos.
La reingeniería de procesos se beneficia de una gestión bien informada y, por eso, las organizaciones deben conocer:
- De dónde y con qué medios pueden extraer sus datos.
- Cuál es la calidad de sus datos, cómo mejorarla y de qué modo mantener esos estándares en el tiempo.
- Qué capacidades tecnológicas son necesarias y cómo incluirlas en un plan de cualificación que eleve el nivel de talento en la empresa.
- Qué herramientas analíticas ofrecen un mejor apoyo a la dirección de operaciones y cuáles son las peculiaridades de su implementación.
Gestión de la información, gobierno de datos y tecnología que hace posible transformar cualquier métrica en conocimiento forman parte de la nueva reingeniería de procesos, el soporte necesario para una dirección de operaciones de éxito. ¿Ya cuenta tu organización con estas capacidades? ¿Se ha logrado alinear talento y tecnología?