¿Cuáles son los principales objetivos del coaching de equipos?
Los primeros exponentes del coaching tenían como objetivo el desarrollo personal o profesional. Recurriendo a estrategias de motivación, reflexión y análisis, el coach se centraba en mejorar la autoestima y reconducir las metas de las personas que acudían a él, las cuales provenían de cualquier campo o disciplina. De hecho, tradicionalmente el coaching ha trabajado en este enfoque personal, con el cual logró importantes avances que lo catapultaron hasta convertirse en un ejercicio imprescindible en muchos ámbitos. En el plano laboral o profesional, por ejemplo, a él recurren trabajadores que en cierto momento pierden sus objetivos o que precisan de un refuerzo de su autoestima y sus talentos. Son muchos los enfoques en este campo, pero en general se trata de un acto de autoconocimiento y evaluación personal.
¿De dónde nace y qué es el coaching de equipos?
Tras el éxito de los ejercicios individuales y su creciente divulgación en distintas áreas profesionales, el coaching empezó a aplicarse a grupos de personas reunidas en torno a una serie de objetivos y, más tarde, a las empresas en su conjunto. La idea inicial del autoconocimiento, el análisis, la reflexión y el refuerzo de los talentos y habilidades, se trasladó de esta manera a los equipos en los que empezó a aplicarse, poniendo especial énfasis en las relaciones de sus miembros, los roles que cada uno de ellos asume y la eficacia de las estrategias. En la actualidad, numerosas empresas recurren al coaching para el fortalecer el trabajo de sus grupos o, si es el caso, de las estructuras en general. Es una herramienta de gran efectividad para la mejora del rendimiento conjunto.
Coaching de equipos: principales objetivos y metas
Entre los principales objetivos que pretende el coaching de equipos, cabe resaltar los siguientes:
- Fomentar el espíritu de equipo. Puede que suene a tópico, pero en algunas empresas no existe el espíritu de equipo. Es decir, la idea de que el esfuerzo conjunto es mucho más efectivo que el individual. El coach debe buscar estos vínculos entre los miembros y reforzarlos.
- Estimular el sentido de pertenencia. El coaching de equipos busca que los miembros del grupo se sientan parte de él, pues de otro modo los procesos carecerán de compromiso. Cuando el sentimiento de equipo se vincula a la identidad de cada miembro, puede hablarse de sentido de pertenencia.
- Comunicación fluida y positiva. También trabaja los mensajes, que son un componente indispensable para el desempeño y la productividad. Ningún grupo funciona con información sesgada, incompleta y confusa.
- Gestión de los errores. Un grupo debe saber que los errores son parte de cualquier proceso. Más que fallos insalvables, son oportunidades sobre las que es necesario construir algo nuevo. El coach debe insistir en esta idea.
- Diálogo y confrontación positiva. Las relaciones entre los miembros de un grupo de trabajo suelen ser complejas. De hecho, se habla de que cada grupo es un universo en sí mismo. Las diferencias y la diversidad de opinión forman parte del día a día. Con la ayuda del coaching de grupos, sus integrantes deben saber superarlas y elaborar diálogos constructivos.
- Liderazgo situacional. Tanto si el grupo es liderado por alguien en concreto como si no, es fundamental que se conozcan y asuman los liderazgos pertinentes en cada etapa de los procesos. No existe un estilo único de liderazgo; existen varios que pueden aplicarse simultáneamente o por separado.