Control de inventarios: qué es y cómo gestionarlo
Las empresas cuyo negocio consiste en fabricar y/o distribuir productos tienen que hacer frente a algunas cuestiones que no se aplican a las empresas de servicios. Uno de ellos es el control de inventarios.
En este post vamos a ver qué es exactamente el control de inventarios, así como algunas de las técnicas de gestión más conocidas que existen para optimizar al máximo dicho control.
Control de inventarios: ¿qué es exactamente?
Cuando hablamos de control de inventarios nos referimos a todos aquellos procesos que contribuyen a garantizar que un inventario está disponible en el momento en que se necesita.
Para ello, entendemos tres niveles principales dentro del control de inventarios:
- Suministro. Es el nivel que se ocupa de cómo obtener los inventarios que necesitamos. Puede ser a través de fabricación propia o a través de compra a fabricantes o mayoristas.
- Almacenamiento. Este nivel se ocupa de que las condiciones de almacenamiento de los inventarios sean las óptimas, además de otras cuestiones como la distribución del espacio.
- Disponibilidad. Por último, este tercer nivel es el que se ocupa de que tengamos disponible la cantidad suficiente de inventario como para satisfacer las nuevas ventas que entren. Es decir, lo que se conoce habitualmente como stock.
Ahora que ya tenemos claro qué es exactamente el control de inventarios y los niveles que este implica, veamos algunas de las técnicas de gestión de inventarios.
Control de inventarios: algunas técnicas de gestión
Existen numerosas técnicas de gestión de inventarios. Las que veremos a continuación son solo una selección que hemos hecho, pero debes tener en cuenta que no son las únicas.
La primera que mencionaremos será la conocida como sistema ABC. Su nombre proviene, además de las tres primeras letras del abecedario, de las siglas en inglés Activity Based Costing (Coste Basado en Actividades). Dentro de la gestión y el control de inventarios, este modelo toma como eje el precio de cada producto y se basa en la división de los inventarios en tres categorías, que se denominan A, B y C:
- La categoría A reúne a los productos más caros.
- La categoría B reúne a los productos de precio intermedio.
- La categoría C reúne a los productos de precio bajo.
Una vez separados los productos en dichas categorías, lo que se hace es pedir suministro y almacenar una cantidad menor de productos A que de productos B, y una cantidad menor de productos B que de productos C. En otras palabras: cuanto más caro sea el producto, menor es la cantidad de suministro, de almacenamiento y de disponibilidad. Se suele tomar como referencia la regla de Pareto: el 80% de la inversión en los inventarios constituye el 20% de los productos disponibles. Esta técnica contribuye a una mayor rentabilidad en el control de inventarios.
Otro modelo de gestión y control de inventarios es el EOQ (Economic Order Quantity) o, como se conoce en español, modelo CEP (Cantidad Económica de Pedido). Este sistema se basa en las matemáticas para establecer la cantidad óptima de inventario en cada caso. En concreto, se ocupa de determinar:
- Cuál es la cantidad de pedido exacto que debe hacerse.
- Cuál es el momento idóneo en el que realizar cada pedido.
De esta forma, se dispondrá del inventario necesario en el momento necesario. Esto se consigue determinar gracias a diferentes datos como el conocimiento de la demanda y de los plazos de entrega, los costes variables o el control de la escasez, por poner algunos ejempos de los más determinantes.
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