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Componentes y habilidades de la gestión del conocimiento

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Cuando abordamos la gestión empresarial, solemos pensar en elementos como la calidad y la innovación, las finanzas, el personal y los recursos. Sin embargo, casi nunca reparamos en que existen otros elementos que, aunque no sean de tipo material, también son propios de esta labor.

Uno de esos elementos es el conocimiento, entendido como las habilidades y las informaciones que circulan en los distintos niveles del organigrama de una empresa y que, por tanto, forman parte de su identidad. Es importante que tales elementos circulen con fluidez, pues de ellos depende en buena medida el desempeño y el rendimiento de una organización. No hacerlo supondría la desconexión de las distintas dependencias, secciones o grupos y daría lugar a una red de interpretaciones equívocas y difusas.  

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Dos tipos de gestión del conocimiento: externa e interna

Otro tópico que existe en torno a la gestión empresarial es el que afirma que sólo se pueden atender aspectos internos. En realidad, se trata de una labor que involucra tanto a los que están dentro de la empresa como a los que están fuera. El conocimiento está en las dos esferas y es importante que los responsables de una compañía sepan tanto lo que ocurre en la propia organización como lo que ocurre en el mercado en el que se desenvuelve. Lo contrario nos pondría en una situación similar a la de un piloto de Fórmula Uno que conoce a la perfección el estado de su coche, el nivel del combustible, la calidad de los neumáticos y la capacidad del motor; pero, asimismo, ignora por completo todo lo relacionado con el entorno, como por ejemplo el clima y el estado de la pista. ¿Podrá este piloto cumplir un buen papel en las competencias? De ahí la importancia de gestionar el conocimiento que se produce tanto en el interior de las organizaciones como fuera de ellas. Estas dos esferas tienen que ver con:

a) Conocimiento externo:

Se asocia a las características de nuestros clientes, sus preferencias y hábitos, las marcas de la competencia y las condiciones del mercado en general. Pero no sólo eso; también incluye todo lo relacionado con proveedores, distribuidores y terceros agentes que influyen en la cadena productiva.

b) Conocimiento interno:

En este caso, como ya hemos adelantado, hablamos de la información que tiene lugar en la empresa y que no puede darse en ningún otro sitio. De alguna forma, es patrimonio de ésta y funciona como su rasgo distintivo. Todos los datos y las habilidades que se generen en el espacio corporativo pertenecen a este apartado.

Gestión del conocimiento: información y habilidades 

Por último, definamos los dos elementos esenciales que forman parte de la gestión del conocimiento tanto en el plano externo como en el interno:

  • Habilidades: Son los talentos y las destrezas que forman parte del patrimonio de las empresas. Transmitirlas requiere tiempo y recursos y suele realizarse a través de procesos de formación. Los CEOS, por ejemplo, contribuyen a la transmisión de habilidades a las nuevas generaciones de gestores empresariales.
  • Información: En cambio, los datos son mucho más sencillos de transmitir. Lo más seguro y eficaz es que se haga a través de sistemas informáticos o medios propios de la empresa. Si están bien diseñados y se apoyan en una buena estrategia, pueden incluso servir como elementos para recabar información exterior.  

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