Barreras de salida: costes y beneficios
¿Conoces las barreras de salida de tu industria? ¿Ya sabías cuáles eran antes de entrar en el mercado? La competición tiene un precio y, en ocasiones, éste es más alto de lo que podía calcularse porque, cuando una empresa desea tirar la toalla... se da cuenta de que no puede. Las barreras de salida no se lo permiten.
Este mecanismo, analizado por Michael Porter puede explicarse mediante tres hechos:
- Las altas barreras de salida suponen un alto coste de abandono.
- Las barreras de salida elevadas pueden obligar a una empresa a permanecer en una industria, incluso cuando ya no le es rentable.
3. Forzada a permanecer en el mercado, la empresa no tiene otra opción que competir.
Tipos de barreras de salida
En el modelo de análisis competitivo de Michael Porter, las barreras son un elemento fundamental para medir el nivel de competencia en un sector y definir la estructura del mercado en esa industria. El analista identificó las siguientes barreras de salida:
- Costes fijos de salida: tales como costes de cancelación en contratos con proveedores, indemnizaciones que hay que abonar a los empleados o pagos de impuestos.
- Coste de los activos no transferibles: son los relacionados con la inversión que se ha hecho en activos especializados que no pueden ser utilizados en otras industrias. Comprar un avión, o una flota de ellos, toboganes para parques acuáticos o maquinaria industrial para obras serían algunos ejemplos. Por supuesto, salir del mercado implica perder esos activos.
- Pérdida de sinergias: cuando la fabricación de un bien permite disfrutar de costes más bajos en la producción de otros, tomar la decisión de salir de la industria puede terminar extendiendo sus efectos negativos hasta este punto, causando que la producción de esos otros bienes suponga un gasto mayor.
Las barreras de salida pueden ser positivas
Es cierto, las barreras de salida pueden ser fuente de ventajas, al menos para algunos. Normalmente, las empresas que tratan de salir del mercado no ven los beneficios de su existencia pero sus competidores suelen saber cómo aprovechar la situación.
Con una empresa entre la espada y la pared, el resto de jugadores no tardan en ver el lado positivo de las circunstancias, que rápidamente se convierten en ventaja al:
- Adquirir sus activos no transferibles a muy bajo coste.
- Ofrecer acuerdos que les reportan rentabilidad o interés a medio y largo plazo.
- Ganar nuevos clientes, que buscan alternativas al ser conscientes de la delicada situación que atraviesa la empresa a la que solían ser fieles.
Cuando unas empresas pierden, otras ganan y, para Porter, esto es lo que caracteriza un juego de suma cero. Para que se produzcan beneficios en un mercado deben existir barreras, puesto que son éstas las que dan a las empresas el poder de mantener a largo plazo sus precios por encima del nivel promedio de costes. Sin embargo, no hay que olvidar que, en ocasiones será preciso pensar en modos de aligerarlas, como sucedería cuando en una industria con altas barreras para salir los competidores menos eficientes deprimen la rentabilidad del sector.