Informe OBS: La importancia del sector energético en la economía
El precio de la energía subió un 59%, superando ampliamente los índices que otras materias primas
- Se estima que el PIB se estabilice en 2022 con un crecimientos del -3,4% en prácticamente todos los países que tienen una economía de mercado.
- En marzo de 2020 se alcanzó un máximo cercano al millón de personas en situación de desempleo temporal.
- El precio de la energía subió en 2021 un 59%.
- España no recuperará valores de mercado en torno a los 60 euros el megavatio/hora (MWh) –su precio en 2018- hasta después de 2024.
- La situación energética de Latinoamérica no es tan alarmante como la de Europa.
Introducción
Tras la pandemia sufrida desde el 2020, han cambiado los paradigmas sobre los que empresas y ciudadanos realizaban sus actividades. Uno de estos ámbitos es la energía, cuyo precio ha subido desorbitadamente. Según el índice de Goldman Sachs, en el año 2021, el precio de la energía subió un 59%, superando ampliamente los índices que otras materias primas como metales, agricultura o metales preciosos.
El coste de la energía
1. Definición del coste de la energía y cómo se calcula
El precio es el valor en unidades monetarias que debe pagarse para poder tener acceso a un bien o servicio, por lo que existe un precio para comprar kilowatios o megawatios hora, que son las unidades en las cuales se mide la energía.
Desde un punto de vista teórico, el coste es la cantidad a la que debería venderse cada unidad de energía a los usuarios finales para que estos obtengan una rentabilidad aceptable por la inversión realizada. Teóricamente, no se podrían mantener por debajo de los costes puesto que esto llevaría a tener pérdidas y, por tanto, las unidades productoras dejarían de producir dichos bienes y servicios.
Cada país puede tener un coste de la energía diferente dependiendo de sus fuentes de producción y según los costes externos que se incluyan.
2. Importancia del coste energético en la economía
El sector energético y el desarrollo económico de un país están fuertemente relacionados. Los datos empíricos nos demuestran que la demanda energética de un país está muy relacionada, no solo con su producto interior bruto, sino también con la capacidad industrial del mismo.
Al crecimiento económico de un país le acompaña el desarrollo de las industrias, las cuales consumen grandes cantidades de energía para producir bienes y servicios que son posteriormente consumidos por los ciudadanos y exportados a otros países. La energía se ha convertido en el combustible de la economía y, por lo tanto, en una pieza clave del desarrollo económico.
Todos los sectores industriales y todas las empresas precisan de energía para poder producir sus bienes y servicios. Por este motivo las fluctuaciones del precio de la energía pueden afectar significativamente la capacidad de producción de dichas industrias. Un coste energético demasiado elevado significaría un aumento en la estructura de costes fijos de las empresas, lo que reduciría los márgenes de beneficio de estas.
Por otro lado, no podemos olvidarnos de la gran importancia que del coste energético para las personas físicas. Un alto coste energético afecta a toda la población, aunque las consecuencias son especialmente marcadas en la clase media y baja, disminuyendo su poder adquisitivo y por lo tanto reduciendo el consumo de una sociedad.
Es fundamental que un gobierno tenga las herramientas necesarias para garantizar el abastecimiento energético, con el fin de satisfacer la totalidad de la demanda de las industrias y de la población y que, adicionalmente, esta energía sea distribuida eficientemente y a un precio asequible que no ponga en peligro el tejido económico de un país.
En la actualidad, vemos que los precios de la energía sobrepasan máximos históricos y se demuestra cómo el coste energético afecta directamente al desarrollo de un país.
Situación actual
1. Contexto macroeconómico
Siendo uno de los principales vectores y motores de funcionamiento de la economía, el sector energético debe tener en cuenta la situación macroeconómica general. En España, durante el año 2021 se inició la recuperación del batacazo sin precedentes de bajadas de más del 10% en el producto interior bruto como consecuencia del inicio de la pandemia. España es un país donde el sector servicios y el turismo tienen una contribución muy relevante y, por lo tanto, fue una de las economías más dañadas. En Latinoamérica, la evolución de las principales economías fue desigual, dependiendo del grado de impacto de las restricciones que se realizaron. Tanto para Ecuador, Colombia, México, Perú, Chile y Brasil, se estima que el año 2021 y 2022 sean años de claro crecimiento económico.
De todas formas, la situación continúa siendo de gran incertidumbre, puesto que la actual ola de la pandemia causada por la variante Ómicron está teniendo un impacto significativo sobre la actividad económica, ralentizando la recuperación tanto en España como en los países de su entorno. No obstante, no se espera nada comparable a lo sufrido en 2020.
2. Consideraciones del precio de la energía en España y algunos países de Latam
Las previsiones iniciales señalaban que los precios podrían moderarse durante el primer trimestre del 2022. Sin embargo, los últimos acontecimientos en Ucrania marcarán la escalada de precios del gas y también las posibilidades con las que Europa podría llenar sus reservas para afrontar el invierno del continente. A día de hoy, las reservas de gas de la Unión Europea alcanzan el nivel más bajo de la historia y, en el otro lado de la balanza, los precios del gas se sitúan en máximos históricos.
A pesar de impacto de la COVID-19 en la actividad mundial, en Latinoamérica la situación energética parece no ser tan alarmante como la que está viviendo el continente europeo en la actualidad.
En países como Ecuador, Colombia, Chile y, en menor medida, Perú, el precio de la energía adopta una tendencia bajista, a excepción de los precios de la electricidad del sector residencial en Chile.
Perspectivas futuras de la evolución de los precios de la energía
Las recientes disrupciones en el mercado de la energía en todo el mundo, con precios que han llegado a niveles difícilmente estimables por ningún analista, han confirmado la importancia y relevancia de tener fuentes de energía propias para asegurar el suministro a un precio asequible. Aquellos países que tengan mayor dependencia del exterior serán más vulnerables y tendrán sus economías más expuestas a lo que pueda ocurrir en otros mercados, mientras que aquellos países que tengan el control sobre sus fuentes de energía podrán proteger más los intereses propios y ejercer una mayor influencia económica y política.
1. España
Según las estimaciones del mercado de futuros, el precio de la luz seguirá siendo elevado hasta el año 2023 o permanecerá hasta ese momento en los niveles actuales, estando por encima de su media histórica. Y no recuperará valores de mercado en torno a los 60 euros el megavatio/hora (MWh) –su precio en 2018- hasta después de 2024.
Los datos recogidos por Bloomberg sugieren que el descenso del precio de la electricidad se empezará a notar a partir de 2023. Además, la paulatina entrada en funcionamiento de los proyectos de generación energética renovable abaratará el precio medio de la electricidad.
Las fuertes inversiones realizadas por España a lo largo de los años hacia las energías renovables tendrían sus frutos hacia el año 2030. Debido a la estructura del actual mercado eléctrico europeo, España pasaría entonces a ser el país del continente con la electricidad más barata: 40 euros/MWh.
2. Selección de países de Latam
Se puede confirmar que la tendencia de la expansión de las energías renovables es un fenómeno no solamente presente en Europa y América del Norte, sino que también en las principales economías de Latinoamérica, las cuales están impulsando regulaciones y procesos para que existan cada vez más proyectos solares y eólicos que se complementen el mix energético convencional.
En Colombia, la disminución de la demanda de petróleo, carbón y gas natural gracias a la sustitución de los combustibles fósiles por energías limpias, Dicha disminución del coste de la energía puede observarse en el mercado de valores latinoamericano, DERIVEX, en el cual el MWh se compra a 0,06$ para 2023 frente a los 0,122$ en 2022.
Conclusiones
La primera conclusión es sin duda que la energía es un bien indispensable dentro de la sociedad actual, no solo porque hoy en día no se concibe un mundo sin energía, sino porque el sector energético es uno de los grandes motores de las economías modernas. El coste de la energía es vital para el desarrollo de un país. Desde el punto de vista de la industria, el coste de la energía es determinante a la hora de marcar la competitividad de las empresas consumidoras de energía.
Un aumento del coste de la energía desencadena en una caída del producto interior bruto de un país. Es importante que cada país disponga de una serie de herramientas como subvenciones, regulaciones de precios, etc. que le permitan abastecer de energía a toda la población y, a su vez, controlar el precio de la energía para evitar graves consecuencias. No únicamente son importantes las herramientas de control, sino que además es fundamental para cada país que se tenga un alto grado de autoabastecimiento energético para asegurar el suministro y tener un precio más competitivo.