Valoraciones de empresas en tiempos de incertidumbre
Valoración de empresas
Como hemos comentado en anteriores posts de este blog, vivimos una época de especial incertidumbre: después de la crisis del Covid nos estamos enfrentando a una inflación excepcionalmente alta que se está combatiendo con incrementos de tipos de interés también a niveles que no recordábamos. En este entorno tan complicado, cabe preguntarse cómo afecta esta incierta situación a las valoraciones de empresas: vamos a analizarlo en la entrada de hoy mediante una revisión de cada una de las metodologías de valoración de empresas más extendidas.
No disponemos de transacciones comparables recientes
Uno de los métodos de valoración más extendidos es el de múltiplos de transacciones comparables, por el que se buscan operaciones similares a la que nos ocupa y se intenta extraer información comparable que podamos utilizar para valorar nuestra compañía objetivo. En el entorno actual, el mercado de adquisiciones se ha frenado notablemente y las limitadas transacciones que salen adelante suelen tener unas características muy específicas que pueden distorsionar la comparabilidad; por ejemplo si la empresa adquirida estaba en distress y aceptaron vender a precios de derribo: lo que puede ser diferente de nuestro caso de análisis.
Los mercados cotizados están en caída libre
También se suelen valorar empresas comparando los ratios de la objetivo con los de compañías similares que cotizan en mercados públicos. No obstante, las bolsas mundiales se han visto muy afectadas por la actual situación económica, un efecto puntual que distorsiona cualquier valoración largoplacista. Por ejemplo, esta crisis bursátil ha sido especialmente dura con las compañías tecnológicas cotizadas, lo que está afectando gravemente la financiación de startups debido a que los fondos inversores no pueden justificar un nivel de valoraciones que hace no mucho era ampliamente aceptado debido a los generosos ratios que mostraban las cotizadas comparables.
Las estimaciones de hipótesis se distorsionan por el corto plazo
Si por el contrario utilizamos una metodología analítica de valoración, nos encontramos con el problema de definir las hipótesis adecuadas. La situación actual provoca estimar las tasas de inflación y tipos de interés a niveles muy elevados al menos en el corto plazo que evidentemente afectan a los flujos de caja futuros. Aunque asumimos que en algún momento se volverá a una situación sostenible para dichas tasas, no es fácil justificar cuándo y cómo ocurrirá.
¿Cuál es el coste del capital en este entorno económico?
La situación actual nos debe hacer replantear el nivel requerido del coste de capital: hay que analizar si el incremento del riesgo percibido en los negocios por el complicado entorno económico debe requerir una tasa de rentabilidad mayor. Desde un punto de vista teórico, utilizando la aproximación del modelo de valoración de activos financieros (CAPM en inglés), un incremento en el coste de capital requerido se justifica por la subida de la tasa sin riesgo (los bonos gubernamentales han multiplicado su subida durante el año), pero también del diferencial del riesgo percibido por el mercado respecto a las tasas sin riesgo y de cada negocio respecto al mercado en general.