Tres claves de liderazgo en la nueva realidad
El liderazgo: pieza vital en las organizaciones
En un momento en el que el mundo está finalizando una etapa de más de dos años pandemia, con una situación internacional inestable -por la guerra en Ucrania y por un contexto económico complicado- queda claro que organizaciones y sociedad necesitan un estilo de liderazgo diferente al de otras épocas.
Las empresas aún están gestionando cómo modificar la forma en que trabajan, para adaptarse a esos cambios cada vez más acelerados del entorno. La supervivencia de las empresas depende de que su tasa de cambio sea igual o superior a la tasa de cambio externa.
El liderazgo ha pasado a ser vital en la supervivencia de cualquier organización. Se ha evidenciado la necesidad de disponer de liderazgos fuertes, resolutivos y con un importante componente humanista.
Tres claves de liderazgo en la nueva realidad
La sociedad y las empresas necesitan líderes que inspiren confianza y, para ello, existen 3 claves que han pasado a tener una importancia muy superior a la que tuvieron en otras épocas.
1. Liderar sin miedo a cambiar las cosas
Liderar implica saber manejar contextos de crisis. Más que nunca, un punto básico para el líder es no permitir que situaciones problemáticas e injustas se mantengan.
Por ello, los líderes deben ser personas sin miedo a cambiar las cosas. Nada es intocable. Saber cuándo y cómo cortar de raíz con aquello que genera vicios en las organizaciones es un punto diferencial de un buen líder. Con toda la dificultad que comporta luchar contra la inercia que tiene un sistema.
2. Liderar para desarrollar equipos
Cuando pensamos en un líder auténtico, en alguien a quien hayamos conocido en nuestra vida profesional y que nos haya impactado, nos damos cuenta de que lo que hacía especial a esa persona líder tiene poco que ver con dar órdenes o con temas de gestión, y tiene mucho que ver con acompañar a las personas, con inspirarlas y con ayudarlas en su desarrollo.
Un gran líder es un ‘desarrollador de personas’, capaz de crear auténticos equipos, fomentando la autonomía de los mismos y generando un entorno de confianza para que cada persona del equipo dé lo mejor de sí misma.
3. Liderar con valores
La pandemia nos ha hecho ver el mundo de otro modo. Muchas personas se han replanteado sus prioridades. Las circunstancias de este último período han llevado a fenómenos como el de “la Gran Renuncia” en Estados Unidos, motivado en parte porque muchas personas sienten que sus valores están alejados de los de las organizaciones en las que trabajan.
Por ello, el líder debe ser inspirador, con unos valores claros, a quien queramos parecernos o seguir. Se necesita ir hacia modelos de liderazgo con mucha credibilidad, liderazgos sinceros y capaces de comunicar de forma transparente sus valores.
El liderazgo que necesita el mundo en esta nueva realidad tiene como pilares fundamentales una alta dosis de proactividad, de empatía, de desarrollo de personas, de poner a las personas en el centro, de inspirar para conseguir resultados y de credibilidad.
Ojalá sepamos aprovechar lo que hemos aprendido y se instaure el verdadero liderazgo: el liderazgo que no se basa en la obediencia, sino en el compromiso, el liderazgo que no emana del cargo, sino de la persona y que supone ayudar a los demás, a crecer y a aportar valor.