Startups: financiación de las primeras etapas
Una vez que un emprendedor ha decidido lanzar su idea y tiene el equipo listo para iniciar la aventura; el siguiente paso es buscar los fondos para financiar la empresa en las etapas iniciales.
Una empresa que ya está funcionando suele buscar financiación en bancos: su función es prestar dinero a compañías por lo que suele ser relativamente rápido y barato obtener deuda bancaria. No obstante, es muy difícil que financien empresas que aún no tienen clientes o un mínimo historial y por tanto riesgo de impago, de modo que si llegan a planteárselo es con garantías personales. En consecuencia, se suele dejar la financiación bancaria para fases más avanzadas de la startup.
Por tanto, en las primeras etapas se suele acudir a inversores en capital que no buscan un interés inmediato sobre su inversión y en caso que el proyecto no salga adelante no se afecte el patrimonio personal del emprendedor. Así, la primera alternativa son los “Friends, Familiy and Fools”: se capta capital en el entorno más cercano con quienes se tiene una relación de confianza y no se suele requerir pactos de socios complejos o discusiones de valoración.
Si la start up sigue creciendo y requiere más capital se suele acudir como siguiente etapa a inversores profesionales: desde individuos (llamados business angels) hasta vehículos estructurados como fondos venture capital en fase semilla. En todos los casos, además de acceder a importes más altos de financiación se recibe cierta colaboración profesional en la forma de consejos, contactos o mentoring.