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ROE, ¿Qué es y cuál es su función?

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Cuando se forma y desarrolla un negocio hay muchos papeles que se pueden adoptar. Los accionistas representan una de las fuerzas principales de cualquier negocio y tienen una importante responsabilidad, dado que con su capital ayudan a que se impulsen empresas de todo tipo de sectores. Pero por supuesto, un accionista tiene unos objetivos y unas metas que se cumplirán en el caso de que el negocio responda a las expectativas. Y esto que se busca conseguir es rentabilidad de la inversión llevada a cabo inicialmente. Eso nos lleva de forma directa al ROE, a hablar de qué es y qué tenemos que tener en cuenta sobre el mismo si estamos en posición de comenzar a invertir como accionistas.

El valor de las acciones

Conocemos el ROE como las siglas de Return of Equity, o lo que es lo mismo, el indicador que marca el valor de retorno que obtiene la inversión que hayamos realizado en las acciones de una empresa. Es fundamental, dado que esta cifra nos va a indicar en un estudio financiero la capacidad que tiene el negocio de devolver a los accionistas la confianza que han depositado previamente en el mismo. Por ello es un dato crucial, dado que va a ser el indicador que nos ayude a ver si una decisión de inversión que hemos tomado es positiva o si se trata de un error. Esto ayuda a que los inversores puedan saber, por ejemplo, si el uso de su dinero en compra de acciones ha sido una buena decisión o si habría resultado mejor utilizar ese presupuesto para invertir en productos de un menor riesgo.

En muchos casos el ROE es lo que empuja a que los inversores decidan si continuar con una compra de acciones constante, si detener su inversión o incluso la venta de la participación en la empresa si los resultados no están siendo buenos. Es el indicador más claro y el que más nos ayudará a tomar decisiones que resulten provechosas para el presupuesto de inversión del que disponemos.

Su principal función

Hemos explicado qué es y para qué sirve. De manera relacionada también podemos saber cuál es la función principal de este indicador. Se trata de nada más y nada menos que buscar la rentabilidad. Al fin y al cabo, todos los inversores depositan su dinero en un negocio o una empresa con el objetivo claro de conseguir generar ingresos futuros. En este sentido tenemos que buscar la rentabilidad realizando una operación que se basa en la fórmula que expresa que el ROE es igual al beneficio neto después de restar los impuestos dividido entre los capitales propios.

En este aspecto, entendemos los capitales propios por la resta entre el pasivo y el activo exigible. Para explicarlo de otra manera podemos decir que esta cifra también es el patrimonio neto teniendo en cuenta las reglas e indicaciones marcadas en el plan de contabilidad del negocio. Lo único que hay que restar de esta cantidad son los beneficios que hayamos obtenido.

¿Es el ROE un valor definitivo?

Esta es la pregunta del millón que se plantean muchos inversores que están comenzando en la compra de acciones. ¿Nos podemos fiar del ROE como un indicador absoluto y definitivo? ¿solo tenemos que fijarnos en el ROE o hay más factores a los que podamos acudir? Indudablemente no. No hay que limitarse al ROE como método de tomar decisiones, dado que podríamos dejar pasar excelentes oportunidades de marcar la diferencia con nuestras inversiones. Es cierto que el ROE marca un claro camino y que nos informa bien de lo que podemos necesitar para tomar una decisión. Pero no debe ser lo único a tener en cuenta. Principalmente porque a veces el ROE depende mucho en base a una gran cantidad de factores que pueden entrar en juego. Por eso debemos darle valor, pero no dejar que sea lo que tome nuestras decisiones.