¿Qué salvará al sector turístico este 2021?
El turismo pasa por uno de sus peores momentos
Quince días antes de la Semana Santa del 2021 se ha puesto freno a las campañas de vacunación en todas las comunidades autónomas
La vacuna de AstraZeneca se encuentra bajo la lupa tras haberse detectado 11 casos de trombo en Europa después de la suministración de este medicamento a algunos pacientes. El Ministerio de Sanidad español, antes optimista, ha cambiado la valoración del riesgo y retenido la administración de este fármaco hasta que la Agencia Europea del Medicamento aclare la vinculación entre la vacuna y los episodios de trombosis.
Este parón dificulta alcanzar la meta de inmunización de la población prevista para el verano
Con un poco de suerte, y con un insospechado aumento en la velocidad de vacunación, en el mes de junio el país podría tener vacunados al 30% de los españoles. Estas previsiones no son nada buenas para el sector turístico español, que al parecer tendrá que afrontar otro año complicado. Ahora bien, si el turismo español se hunde no será por falta de ganas de la población. Según una encuesta publicada por la compañía Travelzoo, el 82% de los españoles planean viajar por territorio nacional y la mitad de ellos pretenden hacerlo al menos 3 veces durante este 2021.
Parece que Semana Santa no será un periodo en el que el sector turístico pueda empezar a despegar como se preveía a principios de año
Prácticamente todas las comunidades autónomas (a excepción de Baleares, Canarias, Extremadura y la Comunidad de Madrid) han decretado que mantendrán cierres perimetrales durante ese periodo vacacional. Además, la anulación de las celebraciones ha enfriado las previsiones de desplazamiento y ocio dentro de los territorios. Durante la Semana Santa el volumen de reservas se mantiene en un nimio 2% entre las fechas del 28 de marzo y el 4 de abril. De hecho, se han registrado volúmenes de reserva muy inferiores a los registrados en 2020 durante estas mismas fechas, con un descenso del 80%.
Ante la debacle turística esperada a finales de marzo, algunas agencias de viajes dan por perdida la Semana Santa y ponen sus esperanzas en el mes de mayo, para el que las reservas hoteleras se han empezado a activar. Con la confianza puesta en los meses de mayo y junio, las principales agencias tienen claro que la apuesta de los españoles será por un turismo nacional y de cercanía: esperan encontrar cifras de reservas humildes, lejos de las obtenidas entre mayo y septiembre de 2018 o 2919, pero no tan lejanas a las que arrojó este mismo periodo en 2013 o 2014.
Lo que está claro es que, aun para verano, el sector turístico va a tener que hacer algo más que esperar a los clientes con el mismo tipo de oferta que en tiempos pre-covid. Las fluctuantes regulaciones de movilidad han contribuido a modificar las preferencias de los turistas en lo que respecta a la reserva del transporte y alojamiento. Las ofertas turísticas con cancelación gratuita o la flexibilidad en la política de cancelación se han convertido en aspectos que el nuevo perfil de turista va a tener muy presente a la hora de hacer sus reservas. Además, las nuevas pautas higiénicas y sociales han modificado las prioridades a la hora de elegir destino.
Desde que empezó la crisis hace ya un año, han cambiado muchas cosas en el sector turístico (normas higiénicas, reacondicionamiento de los espacios, nuevas perspectivas de aforos, entre otras). No obstante, aún tienen que cambiar muchas más. El sector no puede esperar a que las campañas de vacunación salven todas las papeletas. De hecho, estamos comprobando que no lo harán, al menos para este 2021. Por tanto, es necesario replantear el turismo nacional – también el global – para adaptarlo por completo a un mundo donde el Covid-19 ha transformado estructuras mentales, preferencias y expectativas. Escribir estas palabras es infinitamente más sencillo que hacerlo. Sin embargo, estoy seguro de que el sector turístico, uno de los más resilientes de nuestro país ante las últimas crisis, conseguirá superar este verano con una nota decente (si el covid-19 o las nuevas normativas no se lo ponen aún más complicado).