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¿Qué es un jefe de proyecto y cuál es su perfil profesional?

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El jefe de proyectos es la persona encargada de planificar, ejecutar y monitorizar las acciones que forman parte de un proceso. No sólo es la figura más visible; por él también pasan todas las decisiones que van orientadas a la consecución de los objetivos de cada fase y, desde luego, del proceso en su conjunto. 

Por supuesto, es una persona que tiene el poder ejecutivo y la autoridad necesaria para avanzar en uno o varios sentidos, algo que no debe confundirse con el autoritarismo o el poder absoluto dentro de la dinámica de la dirección. Ni el poder ni la autoridad le preocupan. Su objetivo central es la toma de decisiones en función de los requerimientos de cada situación o contexto. Los proyectos, recordemos, no son lineales ni estables; presentan curvas de rendimiento y comportamiento a las que sus ejecutantes deben adaptarse. El jefe de proyectos debe avanzar en la misma línea del proceso que dirige y aplicar en cada una de sus fases los tipos de liderazgo más oportunos. Por ejemplo, solicitar el consenso de sus colaboradores cuando haya que hacerlo pero, al mismo tiempo, tomar medidas de forma independiente cuando sea necesario. En la jerga empresarial, a esto se le conoce como liderazgo situacional o circunstancial. Si tuviésemos que resumir las principales funciones que realizar un jefe de proyectos, la lista quedaría más o menos así:

  • Colaboración con el cliente en la definición y consecución de objetivos.
  • Planificación del proyecto en todos sus aspectos.
  • Dirección y coordinación de los recursos empleados en todas las fases.
  • Mantenimiento de relaciones con los agentes externos.
  • Toma de decisiones de manera situacional.
  • Identificación de fallos y adopción de soluciones pertinentes.
  • Responder ante clientes y terceros agentes por los resultados obtenidos.

Perfil profesional de un director de proyectos

Existen tantos enfoques como proyectos. De hecho, ningún director es igual a otro pese a que tengan niveles de cualificación y formación similares. Las circunstancias y lo que cada proceso requiera son cuestiones determinantes. Ahora bien, eso no implica que sea imposible hablar de un perfil genérico de los jefes de proyectos. Del mismo modo en que cada uno tiene un estilo de liderazgo directivo y una metodología de desarrollo, existen competencias comunes a cualquier enfoque de esta profesión. Las tres categorías básicas de su perfil son:

a) Técnico: para que un jefe de proyecto pueda operar con efectividad, antes debe conocer la tecnología y los recursos a través de los cuales las acciones se llevan a cabo. Esto le permitirá generar ideas y soluciones y establecer controles a la calidad de cada acción que se ejecute.

b) Relaciones interpersonales: el jefe de proyectos es, en el fondo, una especie de intermediario entre quienes lo ejecutan y quienes lo promueven o financian. Por ello, debe desarrollar habilidades de comunicación para tratar tanto con los inversores, proveedores y clientes y, por otro, con los integrantes de sus grupos de colaboradores.

c) Gestor: además de la dimensión técnica, el jefe de proyectos debe ser un excelente gestor en todo sentido. ¿Y en qué consiste la gestión? En ser eficaz a la hora de emplear recursos, tomar decisiones, realizar previsiones e implementar soluciones ante los posibles fallos. Los proyectos no siempre se llevan a cabo tal como se ha planificado; por el contrario, existe un margen de error que suele ir modificando aspectos del proceso. La acertada gestión de estos elementos es lo que pone en evidencia las habilidades de un buen jefe de proyecto.