¿Qué es la gestión de activos inmobiliarios?
Aunque la gestión de activos inmobiliarios no puede considerarse una profesión como tal, sí que constituye una de las funciones más importantes en el mercado actual. Hablamos, en este caso, de una labor desempeñada por terceros agentes y a la cual recurren cada vez más empresas y organizaciones.
Se trata de una acción a la que se encomiendan compañías vinculadas al sector de la construcción y la compraventa inmobiliaria, aunque eso no significa que se excluyan a otras empresas que operen en frentes similares o que guarden alguna relación con éste.
En cualquier caso, lo cierto es que las empresas encargadas de la gestión de activos inmobiliarios son una realidad cada vez más palpable y que cada día ganan más protagonismo en el mercado. ¿Te interesa saber cómo operan?
¿De dónde surgen las firmas de gestión de activos inmobiliarios?
Hasta hace relativamente poco, la gestión de activos inmobiliarios se llevó a cabo de forma improvisada, descoordinada y sin el debido control y la oportuna regulación que un aspecto de tal magnitud amerita. Los activos inmobiliarios se compraban y se vendían sin los análisis previos sobre su viabilidad financiera.
De ahí que numerosas compañías descubrieran dicho vacío y se ofrecieran a cubrir la necesidad de muchas empresas de contar con un servicio de asesoría que les permitiera tener claros sus objetivos y sus prioridades en los temas inmobiliarios.
Ahora bien, ¿qué es lo que hacen realmente este tipo de empresas? ¿En qué consisten los servicios que ofrecen en el mercado? Para tener una concepción más amplia de ello, veamos algunos elementos esenciales de su acción:
- Servicios legales y jurídicos sobre la adquisición o la venta de bienes inmuebles, de manera que quienes deseen invertir en ello o realizar operaciones de este tipo estén asesorados e informados sobre los riesgos, los beneficios y las consideraciones de dichas acciones.
- Labores de inscripción de titularidad de los bienes a los que aspira una compañía o un tercero, un derecho al que se accede no sólo tras el desembolso de la suma acordada; es, ante todo, un trámite con etapas claramente definidas.
- Regularización de impuestos u otros compromisos similares que hayan sido adquiridos por parte de las compañías al poseer la titularidad de un bien inmueble, por ejemplo aquellos que se contraen con instituciones estatales, Hacienda, organizaciones, fundaciones, etc. En este punto también entran las deudas con las comunidades o con terceros en general.
- Valoración de los inmuebles de forma separada, es decir, se realiza un estudio de cada uno de los activos inmobiliarios que una organización quiera comprar o vender con el objetivo de sopesar sus beneficios y su rentabilidad.
- Negociación, gestión o intermediación en conflictos en los que esté de por medio uno o varios bienes inmobiliarios.
La principal ventaja de la aparición de estas empresas especializadas en gestión de activos inmobiliarios es que se pone fin a los agentes improvisados que intentaban dar una respuesta a las necesidades en este sector y dan paso a firmas cualificadas en cuestiones como la asesoría, el acompañamiento y el seguimiento.