Motivación intrínseca y extrínseca, ¿modelos complementarios?
Que la motivación es un aspecto fundamental para nuestro desempeño en el sector laboral, es algo que todos sabemos. Sin embargo, no siempre identificamos la diferencia que existe entre la motivación intrínseca y extrínseca ni cuáles son los aportes de estos dos modelos a nuestra trayectoria.
Motivación intrínseca y extrínseca, ¿de dónde nacen?
Aquello que nos motiva a hacer algo no siempre proviene de las mismas fuentes. Puede generarse en nosotros mismos o a través de estímulos externos. Esta es la principal diferencia entre la motivación intrínseca y extrínseca.
La primera, recordemos, nace en nosotros mismos. Es ante todo la actitud con la cual nos enfrentamos a los retos propios de nuestro oficio o profesión y generalmente está ligada a las acciones en sí mismas; es decir, realizamos determinadas cosas porque la acción misma está revestida de incentivos.
La segunda, en cambio, tiene otras fuentes. O dicho de otro modo, los motivos que nos impulsan a hacer ciertas cosas no están en nosotros ni en las actividades propiamente dichas, sino que dependen de circunstancias o factores externos.
Nuestros hobbies los podemos ubicar en el primer tipo de motivación, pues no tienen un objetivo más allá que el de la acción misma; en cambio, los incentivos como viajes, bonos, remuneraciones adicionales o de cualquier otro tipo en el terreno laboral son elementos externos a las acciones que realizamos.
¿Cómo potenciar un modelo mixto de motivación?
Sin embargo, no en todos los casos es tan fácil realizar la distinción entre motivación intrínseca y extrínseca. En la práctica abundan casos en que los dos modelos están entremezclados y, mejor aún, se revelan como complementarios.
¿Cómo pueden ser complementarios dos tipos de motivación que en sí mismos son opuestos? ¿Cuál es su punto de convergencia? Volvamos la vista al terreno empresarial y señalemos algunas prácticas que favorecen y estimulan los dos tipos de motivación:
- Crear un clima apto para la comunicación en nuestro negocio. Si te fijas, el modelo comunicativo de una empresa actúa en dos sentidos: por un lado, fortalece las redes de trabajo y los estímulos exteriores de los equipos; por otro, aumenta la confianza de cada trabajador hacia su entorno.
- Promover la innovación entre los distintos grupos de trabajo que forman parte de tu empresa. Al hacerlo, crearás en ellos el estímulo externo necesario para que asuman tal compromiso y, a la vez, les motivarás a que se lo tomen como un desafío personal y profesional que les hará evolucionar.
- Fijar metas accesibles y realistas. De esta forma reforzarás el vínculo que une a cada colaborador con la empresa que representas y les harás comprender que responder a las expectativas de rendimiento y productividad es un logro que siempre debe ser reconocido y recompensado.
- Generar un liderazgo activo que tenga incidencia directa en el grueso del mapa corporativo. Cuando somos líderes no solo asumimos un compromiso con nosotros mismos, que es el de gestionar y dirigir bien, sino que también somos el estímulo exterior de las personas que nos rodean y nos ven como referentes.
Como vemos, la motivación intrínseca y la motivación extrínseca no son dos modelos tan opuestas como en principio parece. Al contrario, bien conjugados, pueden constituir una excelente herramienta mejorar la productividad y el desempeño laboral.