Motivación intrínseca, origen y expresión en el entorno laboral
La motivación intrínseca se refiere a la motivación que proviene del interior de un individuo, originándose a partir del placer que se obtiene de la tarea en sí o de la sensación de satisfacción que sigue a la realización de una actividad o que se alcanza durante el trabajo en una tarea. Su fuerza motivadora es mayor que la de cualquier recompensa externa, ya tenga forma pecuniaria o se acompañe de reconocimiento. Una persona intrínsecamente motivada se dedicará a una labor porque le resulta agradable o por el reto que supone, nunca por la consecución de una recompensa, un premio o un ascenso. Ello no implica que, quienes disfrutan de ciertos niveles de motivación intrínseca en su trabajo no busquen recompensas, sino que éstas no son suficientes para mantenerles motivados. La motivación intrínseca se alimenta de tres necesidades, según Deci, E. L. y Ryan, R. M. en su artículo sobre la conducta humana publicado en 2013 por Cambridge University Press:
- Competencia: triunfar en lo que haces.
- Vínculos: conectar con los demás.
- Autonomía: estar en control de la propia vida.
Motivación intrínseca en el entorno laboral
La autonomía individual es una de las principales fuentes de motivación intrínseca en el entorno laboral. De ella se parte para:
- Comprometerse con un propósito significativo.
- Elegir la mejor manera de cumplir ese fin.
- Asegurarse de que se está realizando las actividades que llevan a la consecución de objetivos de manera competente.
- Tener claro de que se continúa progresando, sin perder alineación con las metas marcadas.
Estos mecanismos dan la clave para conocer las cuatro facetas más importantes de la motivación intrínseca en el mundo de la empresa:
1. Significado: consiste en visualizar, comprender e identificarse con el fin a lograr; entendiendo la importancia de los efectos que se busca producir. La motivación proviene del sentimiento que surge al tener la oportunidad de lograr algo que crea verdadero valor, algo que importa en términos globales y no sólo individuales. De esa sensación surge el sentido de propósito y dirección, que hace que se reconozca que el esfuerzo, tiempo y energía a invertir valen la pena por el camino a recorrer.
2. Elección: esta faceta de la motivación intrínseca está relacionada con la libertad de elegir cómo llevar a cabo el trabajo y utilizar el mejor juicio para seleccionar aquellas actividades laborales que tienen más sentido, llevándolas a cabo de la forma más apropiada. Se ejerce un sentido de propiedad sobre el trabajo de uno mismo que hace creer en el enfoque tomado, desde la responsabilidad de hacer que funcione.
3. Competencia: tiene que ver con una emoción que se relaciona con la calidad del trabajo. Es el sentimiento de confirmación de que se está organizando bien el trabajo, todo se ejecuta de forma correcta y en las condiciones que se esperan, si no mejores. Al alcanzar este punto, automáticamente se produce una sensación de satisfacción y de orgullo.
4. Progreso: es la culminación de la motivación intrínseca y se produce cuando se empiezan a ver los resultados del esfuerzo. Se puede apreciar que todo funciona como se espera, como se ha planeado, como se ha elegido y que el trabajo se mueve en la dirección correcta. Se pueden apreciar signos convincentes de que las cosas están funcionando y eso aumenta los niveles de confianza en las elecciones tomadas y en las perspectivas futuras.