Los sistemas de almacenamiento más seguros en los que podemos confiar
Nos pasamos la vida generando información mediante nuestros ordenadores y nuestros dispositivos móviles que, llegado el momento, queremos guardar para que no se pierda. El problema viene cuando queremos hacerlo de forma segura sin tener que temer que alguien pueda algún día hacerse con esta información que en ocasiones puede llegar a ser comprometida. Y aunque no lo fuera: es nuestra información y nadie tiene porqué acceder a ella si nosotros no queremos que lo haga. Es en este momento cuando nos preguntamos: ¿Qué sistemas de almacenamiento son los más seguros? ¿dónde guardamos nuestros datos para que no corran peligro?
Los pendrive
Los pendrive y los discos duros portátiles son dispositivos que permiten almacenar cantidades de datos generalmente muy altas (los hay de diversas capacidades, tanto en Gigas como ya también en Teras). Funcionan con solo conectarlos a nuestro ordenador e incluso en ocasiones se pueden conectar a nuestro dispositivo móvil. En estos terminales podemos guardar todo lo que deseemos con la seguridad de que además podremos transportarlo fácilmente porque caben sin ningún problema en nuestros bolsos, mochilas o inclusos bolsillos. Además, no necesitan enchufarse a la corriente ni a una conexión Wi-Fi para funcionar.
La nube
Aunque antes, los reyes del almacenaje eran los pendrive, todo cambió con la llegada de la nube. O, lo que es lo mismo, ese lugar de la red privado donde se almacenan los archivos que nosotros hemos decidido que se guarden para que podamos acceder a ellos en el momento en el que queramos y donde queramos. Eso sí, siempre que tengamos conexión a Internet.
Tanto Google, Microsoft, como otras compañías como Apple cuentan con alguno de estos sistemas de almacenamiento que se estudian en el máster en ciberseguridad y obviamente todos nos aseguran que nuestros datos van a estar a salvo. Y en principio así debe ser, dado que los guardamos todo de manera que solo nosotros podamos tener acceso mediante contraseña. Además, la cantidad de almacenamiento es bastante amplia (y todavía puede serlo más previo pago de una cantidad determinada) y cuenta con la ventaja de que podemos acceder a nuestra información desde cualquier dispositivo. No necesariamente tiene que ser nuestro ordenador a la vista de que podemos conectarnos con smartphones, tablets y otro tipo de terminales.
¿Pendrive o nube?
He aquí la eterna pregunta, o al menos eterna ahora que el uso de los dos ya está ampliamente generalizado y somos muchos los que lo utilizamos indistintamente. Y la respuesta correcta, aunque pueda pecar de ser algo ambigua, sería que lo más seguro es utilizar los dos sistemas para guardar nuestra información.
Y es que el pendrive cuenta con el problema de que, al ser un aparato físico, puede romperse, perderse o puede que no podamos enchufarlo al ordenador cuando deseemos y nos quedemos sin la información que necesitamos. Pero la nube también tiene un inconveniente, y es el de que a veces cuando vamos a utilizarla puede que no seamos capaces de acceder a la red en ese momento, o puede también que aunque sí tengamos conexión tengamos algún fallo que haga que nuestros datos queden a merced de terceros, subidos en alguna red pública o unos cuantos problemas de similar calibre.
Por eso, lo más seguro para que nuestra información quede a buen recaudo es utilizar ambos métodos para guardar nuestros datos e incluso si podemos enviarnos a nuestro correo lo que consideremos más importante también será una estupenda solución. Lo importante es que siempre tengamos copias de aquello que creamos que necesitamos tenerlas para que nunca, ni extraviando un pendrive ni dejando de tener conexión a Internet, lleguemos a perderlo o dejar de acceder a ello.