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Las emisiones de CO2 y la Logística

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Desde hace muchos años nuestro planeta viene sufriendo las consecuencias de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), debido a la actuación del hombre. En lo que respecta a la logística, las emisiones de CO2 se generan principalmente en el transporte y en almacenaje. Con el avance de la tecnología, que actualmente ya se encuentra disponible, existe un variado abanico de alternativas que pueden competir con los medios de transporte clásicos (avión, ferrocarril, camión y barco) y con los movimientos de materiales en los almacenes mediante montacargas (con motores de combustión interna).

Un estudio realizado por la Agencia Internacional de Energía (International Energy Agency – IEA) entre 1990 y 2013 (http://www.iea.org/), muestra la relación entre las emisiones provenientes de la industria, la generación de energía y el transporte, donde este último es responsable por el 23% del total de emisiones de CO2 que nuestro mundo soporta (soportó en 2013).

Variados estudios indican que el uso del transporte ferroviario de carga reduce considerablemente la emisión de CO2 a la atmósfera, en comparación con el transporte por carretera. Los reportes más optimistas indican una disminución del 40%, a igual carga transportada por camión.

Paralelamente, el tren, tiene beneficios en lo que respecta a la seguridad vial, reducción del congestionamiento y carga del tránsito en las carreteras, y en la seguridad propia de los bienes transportados.

El mismo repote de la IEA indica que a pesar los esfuerzos para limitar las emisiones de CO2 en el transporte, el incremento ha sido del 68% en el sector automotor, mientras que en el transporte marítimo y aéreo ha sido del 64% y 90% respectivamente.

Sin embargo, los combustibles alternativos (biodiesel, hidrógeno, etc.) no cuentan con disponibilidad suficiente para impulsar el cambio. Sucede algo similar con los vehículos eléctricos, donde la infraestructura de los países aún no está preparada para la recarga de energía.

Actualmente, empresas como Amazon.com, Google y Wal-Mart, entre otras, están realizando pruebas de distribución mediante el uso de Drones. Sin embargo, las limitaciones no se presentan por la funcionalidad sino debido a regulaciones del uso del espacio aéreo, principalmente. Un vehículo utilitario, obviamente, tiene una capacidad de transporte mucho mayor que un Drone, por lo que se necesitarán muchos drones volando al mismo tiempo para suplir las necesidades que cubre una van. ¿Tendríamos entonces una contaminación visual? Considerando la disposición final de los acumuladores (baterías) que utilizan los drones ¿cuál es la contaminación que se produce en la cadena total de su vida útil?

Algo similar sucede en los almacenes, donde los montacargas están siendo sustituidos por robots. Amazon.com vuelve a ser una empresa pionera en este tipo de innovaciones. Pequeños robots mueven y disponen una gran cantidad de referencias dentro del almacén, permitiendo un mejor aprovechamiento del espacio, eliminación de las emisiones producto de la combustión de los motores de los montacargas (aunque existen los eléctricos), reducción de la dotación de empleados y una mayor precisión en la gestión de las referencias.

Sin embargo, merece ser destacado que la preocupación por reducir las emisiones en la logística está presente en las agendas de las empresas que actúan bajo filosofías de RSE (Responsabilidad Social Empresarial) y que varias de ellas están experimentando con alternativas al uso del combustible fósil y los motores de combustión. No obstante, parece que la rapidez en el hallazgo de soluciones aún sigue siendo lenta y nuestro planeta continúa contaminándose.

Me gustaría dejar este post con un final abierto a la reflexión. Para ello, la pregunta que os dejo es: ¿Llegaremos a tiempo con el cambio?