Las 5 características de los Innovadores Disruptivos
Los innovadores disruptivos se han convertido en personas clave dentro de las organizaciones, capaces de conseguir cambios radicales en la forma de trabajar y que se materializarán además en una ventaja competitiva para su empresa. Pero no siempre su papel es bien entendido por quienes tienen a su alrededor.
En mi post anterior hablé de la empatía – la capacidad de imaginar lo que siente el otro – y la necesidad de entrenar esta habilidad para poder gestionar los negocios y las organizaciones en la era digital. Es precisamente la empatía la que puede conseguir que los responsables de la innovación disruptiva puedan cumplir con su papel clave.
¿Qué es la innovación disruptiva?
Para entender qué es lo que hace un innovador disruptivo, primero debemos tener claro en qué consiste este tipo de innovación.
Innovar es crear algo nuevo, mientras que la disrupción implica la aparición de nuevos productos o servicios en el mercado. Por tanto, la innovación disruptiva es la capacidad que tienen las personas (y por ende las empresas) de crear nuevos bienes o servicios que lanzar al mercado. Productos y servicios que empezarán en la parte más baja del mercado y pueden acabar desplazando a sus competidores.
Este tipo de innovación se puede aplicar con respecto a lo que se vende, pero también con respecto a la forma de trabajar. De ahí la importancia de los innovadores disruptivos.
Tipos de innovación disruptiva
- De productos y servicios de gama baja: implica innovar en productos de gama inferior para satisfacer las necesidades de quienes no pueden acceder a bienes o servicios de gama superior, un nicho de mercado que no suelen tener en cuenta la mayoría de las empresas.
- De nuevos mercados: en este caso los innovadores disruptivos crean directamente mercados que antes no existían.
¿La innovación disruptiva se da por igual en todos los sectores?
Lo cierto es que no. Como luego veremos, la innovación es esencial en todos los sectores económicos, pero no al mismo grado. Mientras que sectores como los de las materias primas, la alimentación y la construcción avanzan a un ritmo muy lento, en sectores como el de las telecomunicaciones y la tecnología las innovaciones disruptivas están a la orden del día y son totalmente esenciales para que las empresas sobrevivan entre tanta competencia.
Innovar es fundamental
Para competir en el nuevo entorno tenemos que innovar. Y no se puede innovar si no se es capaz de observar al otro para detectar con qué pequeños-grandes cambios podríamos mejorar su experiencia a través de nuestros productos y servicios.
Lo cierto es que, observar al otro, sacar conclusiones y cambiar nuestra forma de hacer las cosas o nuestro modelo de negocio, es inviable si dentro de la organización encontramos resistencia en los mandos superiores que son, en última instancia, quienes toman las decisiones.
Este está siendo el principal obstáculo que denuncian -off the record- los mandos medios. Que, por regla general, son los jóvenes profesionales que ya han adquirido algo de experiencia y están ávidos de fomentar la creatividad para la innovación, pero que encuentran freno a sus iniciativas, por ejemplo, para hacer estudios de mercado o para que se tomen en consideración los resultados del estudio con mentalidad autocrítica.
Los innovadores se topan con los feudos de poder que se oponen a revisar la cultura de la empresa, o son ignorados cuando aportan modificaciones relevantes al modelo de negocio.
Así, los siguientes problemas estratégicos se siguen perpetuando:
- Una visión con foco en el corto plazo.
- Centrarse en el producto y no en el mercado, lo que lleva a invertir poco presupuesto en acciones de marketing.
- Pánico frente al riesgo que implica la innovación.
- Poca cultura de trabajo creativo en equipo.
- Seguir ignorando el mundo global y el hecho de que la competencia llegará desde cualquier lado.
La falta de innovación y la fuga de talentos
El miedo y la miopía de muchos líderes ante la innovación – hablamos de Directores y Gerentes de primera línea, no del CEO - son los responsables de la alta rotación de talentos que están experimentando las empresas.
Hoy los jóvenes profesionales experimentados prefieren irse antes que frustrarse. Y esto genera importantes pérdidas para la compañía. Por eso, los CEO’s están poniendo el acento en la capacitación para la innovación. Necesitan que su primera línea de mando desarrolle nuevas habilidades para destrabar el bloqueo organizacional.
Según las investigaciones realizadas, las cinco características en las que hay que trabajar son las siguientes:
1. Asociación: la capacidad de dibujar conexiones entre preguntas, problemas o ideas de campos no relacionados.
2. Preguntar: plantear preguntas que desafíen el saber común, en lugar de afirmarse en la experiencia pasada.
3. Observar: monitorear las conductas de los clientes, proveedores y competidores para identificar nuevas formas de hacer las cosas.
4. Experimentar: construir experiencias interactivas y provocar respuestas no ortodoxas para ver qué vivencias emergen.
5. Conectarse (networking): relacionarse con gente con ideas y perspectivas diferentes.
Estas son las características de quienes lideran y gestionan Amazon, Apple, Google, Skype, Facebook, Virgin Group, Nespresso o Uber. Estas empresas han llegado donde están en esta era digital, no sólo por la visión de sus CEO’s o creadores, sino por su habilidad de trabajar permanentemente en sus mandos superiores para que desarrollen las nuevas competencias necesarias en esta economía del conocimiento. Que es aquella que invierte en capital humano y social y fomenta la innovación. Esto nos permite ver que los innovadores disruptivos son totalmente necesarios hoy por hoy en las empresas.