ISO 21500: enfoque e inspiración
Los mejores resultados en la aplicación de la norma ISO 21500 llegan cuando no se aplica sólo a los proyectos, sino que se implementa de forma integral en la organización. De esta forma se logra escalar sus beneficios y obtener todo el valor de una forma más efectiva de trabajar. Eso sí, hace falta:
- Mejorar la coordinación.
- Asegurar la integración.
- Enfocarse desde el enfoque de procesos.
Pese a que la aparición de la norma supuso un reto para la Dirección de Proyectos, su esencia es insustituible para el futuro del negocio y las directrices que contiene, fundamentales para su sostenibilidad ya que:
- Contribuye a simplificar la tarea de gestión, cuya complejidad no había dejado de aumentar desde la aparición de las primeras metodologías de project management, que ya se acercan a la veintena.
- Facilita la adaptación a las nuevas circunstancias, algo que siempre debe tenerse presente si se considera el creciente dinamismo de los mercados.
- Es a la vez marco de trabajo y punto de referencia para el desarrollo de proyectos dentro de la propia organización.
ISO 21500: la inspiración
La genialidad de esta nueva norma, lo que la hace distinta de otras anteriores es que, para la elaboración de la ISO 21500 se usaron las influencias de otros estándares globalmente reconocidos, entre los que destacan:
- A Guide to the Project Management Body of Knowledge, (PMBOK® Guide).
- Certificación PRINCE2.
- El estándar alemán DIN.
- El estándar británico BSI.
- Y, por supuesto, otras normas ISO anteriores, como la 31000, la 10006 o la 9000, referentes a gestión del riesgo y de la calidad.
Su completitud y el modo en que se expone el contenido, tan sencillo de abordar y comprender, hacen que la aplicación de esta norma carezca de limitaciones. Es por ello que puede emplearse en organizaciones de todo tipo, sin perjuicio de aplicarse a proyectos de muy diversa índole. Uno de sus beneficios más importantes es el hecho de que provee de las directrices necesarias para llevar a cabo la gestión formal de un proyecto, minimizando el riesgo, pero también las probabilidades de error. Además, esta peculiaridad y la facilidad con que puede implementarse hace que todos los proyectos de una empresa puedan experimentar sus ventajas. La calidad y la gestión del riesgo ya no son un área reservada a grandes proyectos.
Por último, hay que considerar como su atributo más destacable el hecho de su reconocimiento internacional, lo que permite que ya no sea necesario adaptarse a las normas locales del país donde cada proyecto ha de ser entregado, siendo la aplicación de la ISO 21500 suficiente para quedar cubierto y con garantías. Sin embargo, existe una laguna que se debe tener en cuenta a la hora de llevar el estilo de project management propuesto a la práctica, y es que herramientas y técnicas no aparecen en ninguna definición, aunque sí lo hacen procesos, inputs y outputs. Para cubrir este vacío, resulta recomendable recurrir al agile project management, que es un complemento perfecto para la norma ISO 21500, como se desprende de los buenos resultados que la combinación de ambos métodos depara.
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