IoT en la Gestión de Residuos Sólidos Urbanos.
Uno de los desafíos logísticos de mayor impacto en la calidad de vida de todos los seres sobre nuestro planeta, es aquel que tiene relación directa con los residuos que genera diariamente una única especie: el ser humano. Más allá de la correcta disposición final, el reciclado cobra vital importancia y para ello la separación en origen es fundamental.
De acuerdo con diferentes publicaciones en sitios como EPA - United States Environmental Protection Agency, Eurostat y The World Bank Group, actualmente cada persona genera entre 1.0 y 1.2 kilogramos de residuos por día, y se estima que para el 2025 ese valor ascenderá a 1.5 kilos por persona por día. Por lo tanto, la clave de la salud de nuestro planeta pasa por el reciclado y consecuentemente en la separación en origen.
Paralelamente, estamos transitando la 4ta Revolución Industrial, caracterizada por la conectividad y el big data que, combinados, conforman el Internet de las Cosas (IoT – Internet of Things). Por otro lado, en mayo de 2017, se publicó un post sobre los envases inteligentes, donde se enfocaba en el estado de conservación de los alimentos envasados y su cuidado a lo largo de la cadena de suministros, desde el la producción hasta las manos del cliente.
Como el lector podrá colegir, la separación en origen es totalmente factible y sólo queda pasar a la implementación.
La empresa Bin-e es una de las pioneras en la fabricación de contenedores o cestos de residuos inteligentes, llamados Smart Bins, con sensores capaces de identificar y clasificar los RSU, residuos sólidos urbanos (domésticos o también llamados municipales), ni bien son depositados por el generador. Además, estos contenedores comprimen los desechos y notifican a las empresas de recolección y gestión de residuos sobre los niveles de llenado para cada categoría de residuos.
Los Smart Bins también permiten el análisis y la confección de patrones de comportamiento de las personas sobre sus desperdicios, siendo un input fundamental para la gestión de residuos, al proporcionar una visibilidad de la huella de la basura diaria. Con ello, las empresas de gestión de RSU pueden optimizar la logística de recolección y consecuentemente mejorar la utilización de sus recursos y consumos. Al mismo tiempo, brindan información para los propios ciudadanos y estos podrían modificar sus hábitos de consumos y de desperdicio de manera más sostenible. Incluso, el empaque inteligente podría contribuir a que las personas cuenten con las instrucciones de reciclado, para disponerlos de manera responsable.
Por supuesto que aún es necesario una coordinación más profunda entre el sector público, las empresas privadas y la propia sociedad, para crear un mejor y más sostenible futuro. Sin embargo, como corolario, podemos decir que el campo de aplicación de la IoT, el Big Data y la inteligencia artificial en la gestión de residuos sólidos urbanos, se amplía para producir operaciones más ágiles y brindar servicios de mayor calidad de vida para los seres que habitan nuestro planeta.