Inversiones financieras a largo plazo: 3 problemas a superar
Las inversiones financieras a largo plazo ya no están tan de moda como lo estaban hasta mediados del pasado siglo. No es que se trate de una opción obsoleta, ni que los inversores se hayan especializado en un tipo de riesgo diferente, sino que la evolución de los mercados complica la toma de una decisión de este tipo a quienes se la plantean.
Inversiones financieras a largo plazo y sus inconvenientes más importantes
Antes de decidirse por alguna de las opciones de inversiones financieras a largo plazo hay que preguntarse si se podrá mantener un activo por un período de tiempo indefinido sin perder la esperanza y si se sabrá elegir al gestor con la capacidad suficiente para hacerlo.
Quienes encajan en este perfil se distinguen de otro tipo de inversores por dos rasgos que les caracterizan:
- Se centran en la apreciación del capital o el crecimiento del ingreso a largo plazo.
- No hacen ningún movimiento basado en cambios provisionales en los precios de los activos.
No es una empresa fácil, aunque sí que conlleva beneficios. Pero para saborear esas mieles antes hay que tener el estómago necesario para enfrentarse a algunos de los inconvenientes más temidos de las inversiones financieras a largo plazo, que son los que tienen que ver con:
- Exigencia. Acostumbrados a la aceleración en todos los aspectos del negocio, la velocidad a la que van llegando los buenos resultados en este tipo de estrategia financiera puede no ser del agrado de algunos, que compararán resultados con los que podrían estar obteniendo de inversiones a corto plazo.
- Entidades financieras. La situación que atraviesan los bancos a día de hoy los hace mucho más proclives a conceder otro tipo de préstamos, que nada tienen que ver con la concesión de crédito para proyectos a largo plazo. Las inversiones financieras a largo plazo podrían tener que esperar a que las entidades financieras se recuperasen del auge del crédito.
- Impuestos. Nadie se sorprenderá al leer que el sistema tributario tiene el potencial suficiente y la capacidad de hecho para distorsionar la inversión de distintas formas. Preferir la deuda sobre la equidad es una de las realidades que nos toca sufrir y la causante de que las compañías terminen asumiendo cada vez más deuda a la vez que van reduciendo su capital… y capacidad de maniobra, de planificación y de inversión. ¿Cómo se llega a esta situación? Al permitir a las empresas deducir el interés de la deuda del importe de las ganancias en concepto de las que tributan, pero no permitir una exención impositiva equivalente para los dividendos pagados a los accionistas.
Quienes se aventuran en inversiones financieras a largo plazo en este momento verán, seguramente, compensado su arrojo y decisión en el futuro aunque, para disfrutar de un mañana así de brillante, antes necesitarán contar con los activos, la visión, los gestores, el conocimiento de las regulaciones aplicables, la experiencia necesaria y, por supuesto, los incentivos adecuados para comprometerse a tantos años vista.