Habilidades directivas: qué son, cuáles son y cómo desarrollarlas
A veces se comenta en el entorno de proyecto que determinado Project Manager es duro o cerrado. Hay quienes opinan que es timidez, hay otros que lo consideran superioridad. La realidad es que, detrás de un Director de Proyecto imperfecto se esconde una carencia en habilidades intrapersonales. Las habilidades directivas están asociadas con la efectividad del liderazgo. Todos los profesionales que alcanzan cierto nivel deberían estar interesados en el desarrollo de las competencias que necesitan para convertirse en líderes más efectivos. Muchos lo consiguen, a otros les tomará un poco más de tiempo.
Cuáles son las 7 habilidades directivas más interesantes para un Project Manager
El liderazgo de calidad está respaldado convenientemente por una serie de habilidades que refuerzan su efectividad y encumbran al éxito a quien las presenta. Es difícil, una vez que se cuenta con alguna de estas capacidades, el perderla. Lo que sí es posible es adquirirla, partiendo de cero. Es una cuestión de conciencia, foco y esfuerzo. Este impulso ha de dirigirse hacia la consecución de las siguientes habilidades directivas:
- Inteligencia social: ayuda a la comprensión de las situaciones y dinámicas sociales. Este tipo de habilidades directivas permiten tomar decisiones de manera efectiva en una variedad de situaciones sociales. Para darse, precisa de conciencia social, la sensibilidad a distintas situaciones sociales y habilidad para actuar en consonancia con el rol de líder. Para desarrollar la inteligencia social es necesario el contacto humano y exponerse a diferentes personas en distintas circunstancias. De esta forma se puede hacer crecer la propia percepción social y la capacidad de involucrar a otros.
- Habilidades interpersonales: la capacidad de dirigirse a distintas personas, en diferentes ambientes y con propósitos variados; la habilidad de comunicarse con audiencias de pequeño tamaño y también de gran volumen, y la decisión para hacerlo aunque no se conozca a los interlocutores resumen este tipo de habilidades directivas que resultan imprescindibles en cualquier proyecto. Pese a que las habilidades interpersonales se consideran a veces como un subconjunto de la inteligencia social, deben asumirse como capacidades con entidad propia. Teniendo en cuenta su relevancia, es preciso no dejar de mejorarlas, siendo un oyente activo, trabajando en habilidades de conversación y de discurso y tratando de mejorar en las relaciones personales, ya que ello tendrá su reflejo en la optimización de las relaciones laborales.
- Inteligencia emocional: Daniel Goleman en su obra apunta los aspectos más significativos de estas habilidades directivas, pero que también son importantes capacidades a cualquier otro nivel (y no únicamente en el plano profesional). Pueden considerarse como un complemento a la inteligencia social, ya que giran en torno a la capacidad de comunicación a nivel emocional, la habilidad para comprender las emociones de los demás, entendiendo las situaciones por las que atraviesan. La inteligencia emocional tiene una gran carga interior, ya que para lograr los objetivos descritos es imprescindible estar en sintonía con las propias emociones. Para hacer crecer la inteligencia emocional y desarrollar ese carisma tan anhelado, hace falta profundizar en la comunicación no verbal, aprender a regular y controlar los propios sentimientos y, por supuesto, saber expresarlos de manera apropiada.
- Prudencia: sí, esta habilidad es determinante especialmente en entornos dinámicos y, muchos Project Managers podrían beneficiarse de sus ventajas. Pero es difícil de cultivar. para muchos es sinónimo de sabiduría, para otros es inherente a la experiencia y, sin embargo, ninguno está del todo en lo cierto ya que se trata de ser capaz de ver otras perspectivas y de tener en cuenta diferentes puntos de vista antes de actuar, con objeto de evitar la impulsividad olas acciones motivadas por una visión limitada. Para ser Directores de Proyecto prudentes hay que saber pedir opiniones, hay que tener la capacidad de escuchar a los demás y, lo que es más complicado, hay que tener en cuenta toda esta información antes de dar ningún paso.
- Coraje: esta manifestación de la valentía también se encuentra entre las principales habilidades directivas. Más que con el arrojo, el coraje se relaciona con la fortaleza, e implica tener el valor de tomar riesgos calculados y la actitud necesaria para defender las propias creencias y hacer lo correcto, independientemente de las circunstancias. Para experimentar este valor en la propia gestión es preciso revisar la propia escala de valores, las prioridades de uno mismo, y tratar de robustecerlos.
- Gestión de conflictos: estas habilidades directivas son importantes porque en los proyectos es habitual que se produzcan roces o se presenten fricciones entre grupos de interés o entre los propios miembros e los equipos de trabajo. Cualquiera de estos problemas podría debilitar el proyecto y hacer perder de vista los objetivos a los principales actores. Un buen project manager no puede dejar que eso suceda y ha de saber mediar. No sólo ayudando a resolver este tipo de cuestiones cuando surjan, sino que también mostrando la capacidad de evitar su aparición. La resolución de conflictos es una cuestión de estrategia, aunque resulta muy útil disfrutar de un amplio conocimiento de las personas con las que se trabaja. La mejor manera de lograrlo es tratar de transmitir a las partes una visión positiva, la de que encontrar una solución donde todos ganen y nadie pierda es posible, y, partiendo de ese "final" avanzar hasta el presente, con las ideas más claras acerca de los puntos donde se pueden hacer concesiones, siendo flexibles y asumiendo que todos tendrán que renunciar a algo.
- Toma de decisiones: una de las competencias básicas para cualquier líder es la capacidad de tomar buenas decisiones. Tener una mente analítica, capacidad para escuchar, atención al detalle, capacidad para actuar correctamente bajo presión y saber cuándo es el momento de dar un paso atrás y dejar que otros decidan se encuentran entre las características que presentan quienes disfrutan de estas habilidades directivas que les ayudan a avanzar con buen pie. Para desarrollar una buena toma de decisiones es imprescindible la experiencia pero, igual de importante y necesaria resulta la formación.