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Fondo de maniobra: qué es y cómo gestionarlo

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Dentro del área financiera de una empresa, en muchas ocasiones surgen conceptos técnicos que no llegamos a comprender del todo. Un ejemplo lo encontramos en el concepto fondo de maniobra.

El fondo de maniobra es esencial en contabilidad y finanzas. Tal es su importancia que, si no lo tenemos en cuenta, podrá producirse la quiebra de la empresa.

Para comprender por qué esto es así, veamos a continuación qué es exactamente esta magnitud y algunas claves para gestionarlo de la forma adecuada.

Fondo de maniobra: ¿qué es?

Podemos definir el fondo de maniobra como la diferencia que existe entre el activo corriente y el pasivo corriente de la empresa. Es decir:

Fondo de maniobra = activo corriente – pasivo corriente

Pero ¿qué son exactamente el activo corriente y el pasivo corriente? Como vemos, ambas magnitudes comparten algo en común: el adjetivo corriente. Esto significa que se puede convertir en dinero en efectivo a corto plazo. De modo que:

  1. Activo corriente: aquellos bienes y propiedades de la empresa que se pueden convertir en dinero en el corto plazo. Ejemplos: existencias, pagos de clientes, títulos, caja...
  2. Pasivo corriente: aquellas deudas que la empresa debe liquidar en el corto plazo. Ejemplos: alquileres, deudas, impuestos...

Es importante saber que el adjetivo “corriente” es sinónimo de “circulante”. Por eso podemos encontrarnos con los conceptos de activo circulante y de pasivo circulante sin que cambien los significados que hemos indicado.

Cuando el activo corriente es mayor que el pasivo corriente, obtenemos un valor positivo para el fondo de maniobra. Esta situación es beneficiosa para la empresa: cuanto mayor sea el valor del fondo de maniobra, mejor. En cambio, si el pasivo corriente es mayor que el activo corriente, en ese caso la empresa estará en problemas económicos.

Lo veremos mejor con un ejemplo. Imaginemos una empresa A y una empresa B:

  1. La empresa A dispone de un activo corriente de 30.000 € y de un pasivo corriente de 12.000 €. Para hacer frente a los pagos que implica el pasivo corriente, convierte en líquido (dinero) su activo corriente y le sobran 18.000 €. Este es su fondo de maniobra (incluso aunque no haya convertido todo su activo corriente en líquido).
  2. La empresa B dispone de un activo corriente de 17.000 € y de un pasivo corriente de 40.000 €. Quiere hacer frente a los pagos que implica su pasivo corriente, pero después de convertir en líquido su activo corriente aún le quedan 23.000 € de deuda. Su fondo de maniobra es negativo: -23.000 €.

Sin embargo, existen excepciones a lo que acabamos de ver. Un ejemplo se encuentra en las intermediarias que disponen de un gran poder de negociación y que consiguen alargar sus plazos de pago y acortar sus plazos de cobro. Al encontrarse en ambos extremos del corto plazo, aunque en un momento determinado dispongan de un fondo de maniobra negativo, no tendrán problemas de pago.

Ahora bien, ¿cómo puede una empresa gestionar correctamente su fondo de maniobra? Veámoslo a continuación.

Claves para disponer de un fondo de maniobra positivo

Si las cosas se hacen bien, es posible evitar caer en un fondo de maniobra negativo y disponer siempre de activo corriente para convertir en líquido. Algunas de las claves para ello son:

  • Reducir al máximo los gastos.
  • Financiar eficazmente el activo corriente de la empresa.
  • Disponer de un profesional o de un grupo de profesionales especializados en contabilidad y finanzas. Ellos se encargarán de registrar y mantener presente todo el activo corriente y el pasivo corriente de la empresa para indicar cómo, dónde y cuándo invertir o ahorrar.
  • Alinear el fondo de maniobra con la estrategia empresarial. De este modo se evitará incurrir en gastos y deudas generados sobre la marcha y que podrían haberse evitado.
  • Asegurarse de que todas las personas de la empresa, sobre todo aquellas encargadas de realizar compras y ventas, conocen todo lo relativo a exigencias de cobro y de pago de acuerdo con la estrategia empresarial. Para ello será necesario un control riguroso del personal en general y, principalmente, del departamento de compras y ventas.

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