Cuando ser Project manager no es lo tuyo
Quieres ser Project Manager. Siempre has soñado con ser Director de Proyecto, pero ¿estás seguro de que serás capaz de hacer frente a las barreras que surgirán en el camino? Existen algunos desafíos, situaciones complicadas o circunstancias que pueden hacerte descubrir que ser Project Manager no es lo tuyo... Conocerlas te puede evitar sentir frustración y perder un tiempo muy valioso para reorientar tu trayectoria profesional.
Señales que te avisan de que ser Project manager no es lo tuyo
Pese a la demanda reciente de Directores de Proyectos, y aunque se trata de un área de trabajo muy atractiva, muchos profesionales, algunos que están comenzando sus carreras y otros que ya están buscando la forma de iniciar una nueva fase de su vida laboral, se dan cuenta de que ser Project Manager no es para ellos. Existen algunas señales que alertan de que ser Project Manager no es lo tuyo. Conócelas para poder tomar decisiones cuanto antes:
1. Excesiva resistencia al cambio, falta de capacidad para lidiar con la incertidumbre, dificultades para desenvolverse en entornos cambiantes y frustración ante un dinamismo difícil de controlar: el cambio es la única constante, en la vida y en la gestión de proyectos. Incertidumbre, situaciones inesperadas, necesidad de tomar decisiones de urgencia y la exigencia de poder llevar a cabo un buen análisis en tiempo límite son algunas de las características de la gestión de proyectos. Si sólo de pensar en ello sientes vértigo o crees que cualquiera de esas circunstancias, por separado, podría generarte niveles altos de estrés, seguramente es que ser Project manager no es lo tuyo.
2. Dificultades en el trato con personas: las metodologías de gestión de proyectos, las herramientas y software de Project Management o la aplicación técnica de conocimientos son una perspectiva más del trabajo de un Director de Proyecto. Entre las otras caras de su trabajo está la gestión de personas, para la que se requieren excelentes habilidades intra e interpersonales. Si prefieres trabajar con herramientas que con gente, te sentirías incómodo resolviendo conflictos entre los miembros de un equipo o te ves incapaz de negociar en determinadas condiciones, probablemente ser Project manager no es lo tuyo.
3. Tendencia a contemporizar: en general es muy positivo evitar las discordancias, minimizar los conflictos y tratar de alejarse de las complicaciones. Sin embargo, cuando la responsabilidad de un proyecto recae sobre ti tienes que ser capaz de llamar a las cosas por su nombre (siempre con el debido respeto, claro está). Evitar las conversaciones difíciles no conduce más que a malos entendidos, retrasos y problemas en los equipos. La pérdida de calidad en los entregables, el incumplimiento de las condiciones de contrato y la insatisfacción del cliente (y la plantilla) son sólo alguna de las pésimas consecuencias de una gestión poco transparente de donde se deduce la falta de implicación del Director de Proyecto. Con la posición viene la obligación de comprometerse a resolver y, para conseguirlo, hace falta implicarse. Si ves complicado el poder salir airoso de cualquiera de esas situaciones, aún estás a tiempo de cambiar de trayectoria, porque ser Project manager no es lo tuyo.