Clubhouse: la penúltima red social
¿Qué es Clubhouse?
Si sigues el mundillo tecnológico, habrás oído y/o leído sobre Clubhouse, la app que espera convertirse en la penúltima red social. Para los que no la conozcáis, en síntesis, Clubhouse es una app que te permite tener tertulias de voz de forma síncrona sin que queden grabadas. Por lo que es contenido efímero (inventado hace 10 años por Snapchat y sus stories), basada en audio y en tiempo real. El concepto se parece a Discord, que a su vez es otra vuelta de tuerca de las apps de mensajería. Discord creció en el nicho de lo gamers (se utilizaban para comunicarse mientras juegan), pero que empieza a calar en otros entornos. En junio del 2020 Discord reportaba más de 100 Mil de usuarios, un cifra considerable. Discord a su vez bebe del concepto y el interface de Slack, esa herramienta de colaboración y comunicación interna que iba a someter a Microsoft y su Teams, hasta que descubrió que a veces un producto inferior, pero con mejor distribución es la combinación ganadora. Ahora Slack forma parte de Salesforce y en breve quedará engullida dentro de su plataforma. Como veis las apps colaborativas nacen sobre lo ya construido como las capas de un árbol.
¿Por qué Clubhouse parece ser The Next Big Thing?
No lo sé. He leído bastante sobre ellas por curiosidad intelectual, pero todavía no la he utilizado por varios motivos:
- Solo está disponible para iOS y yo soy de Android.
- Falta de tiempo, el activo más valioso en la sociedad del cambio acelerado en la que vivimos.
- No siento necesidad de estar siempre a la última moda en una sociedad de éxitos efímeros.
Para empezar una red social es tan buena como son sus contenidos y por ende sus creadores que son los que mueven las audiencias. Estas atraen a los anunciantes, que a su vez son los que tienen el dinero. Los creadores son importantes, pero todavía es pronto para saber si Clubhouse será capaz de cautivarles. De momento tiene el dinero para hacerlo.
Es un gran momento para ser un creador; las plataformas se rifan sus audiencias. Como muestra el caso de Ibai o el Rubius que están abriendo camino en la construcción de los nuevos medios de comunicación. En estas nuevas plataformas (Twitch, TikTok, etc.), construir audiencias millonarias es cada vez más rápido (que no fácil). Asistimos a una nueva fase de fragmentación ante la aparición de nuevos canales, mientras los directivos de televisión y grandes anunciantes siguen aplicando el manual de los 60s: publicidad y distribución. Es un modelo que vive de la inercia, y estas son poderosas, pero no duran para siempre.
Tengo la sensación de que volvemos a la Edad Media caracterizada por la fragmentación del territorio en manos de nobles y monarcas. El mundo digital vive su siglo XVI a la conquista de territorios inhóspitos. Si somos capaces de ver a través de las capas de UI y UX, veremos que todos estos productos digitales son la combinación de unas pocas variables:
- Síncrono / asíncrono.
- Formato (audio, vídeo, imágenes, texto).
- Social / personal.
Haz todas las combinaciones posibles de estas tres variables y tendrás un producto digital que está construyendo su comunidad en:
- Twitter: asíncrono, texto, red social
- Instagram: asíncrono, imágenes, red social
- YouTube: principalmente asíncrono, vídeo, red social
- Twitch: síncrono, vídeo, red social
- Podcast: asíncrono, audio, personal
- Telegram: principalmente asíncrono, principalmente texto (admite audio e vídeo), principalmente personal (aunque puedes crear grupos y canales)
Y podríamos añadir una nueva variable que sería el vertical temático, y tendríamos el X para Y. Somos el Uber para el sector Y, o el Airbnb para el sector Z. Cuando rascas un poco, todo se parece.
Volvamos a la pregunta inicial: ¿por qué el hype en torno a ClubHouse?
En mi opinión es la confluencia de varios eventos:
- Un público ávido de surfear la próxima ola en redes sociales que cree la siguiente hornada de influencers.
- El FOMO (Fear of Missing Out) de creadores por quedarse fuera en caso de que sea un éxito. Hay que estar por si acaso.
- Status social en el endogámico mundo de la tecnología.
Formar parte de Clubhouse envía un doble mensaje:
- Tengo un iPhone,
- Tengo una invitación.
Soy uno de los elegidos, un early adopter. A Clubhouse no se accede, sino que te invitan. La versión oficial es que están creciendo mucho y la plataforma tecnológica tiene que adaptarse, y eso lleva su tiempo. La realidad es que ejecutan una estrategia de escasez de manual. Y les está funcionando bien.
¿Estamos ante una moda pasajera, o ante el próximo facebook?
Pues veremos como evoluciona Clubhouse, pero hay cosas que no me encajan. Creo que la sincronía es una restricción, ya que supone un control del tiempo en un mundo donde es nuestro bien más preciado. ¿Os imagináis un Netflix con horarios para las series? Impensable. Es por ello que no entiendo que no se puedan grabar las sesiones para escuchar posteriormente, pero entonces sería un podcast con audiencia. Por otro lado, también pienso que en el mundo de la tecnología faltan sociólogos y psicólogos. La sincronía puede ser un valor añadido si se construyen conversaciones constructivas con los asistentes, pero visto la evolución de Twitter lleno de trolls y haters se me antoja una temeridad dar la voz en directo a cualquiera. Veremos como gestionan este punto. ¿Quizás como herramientas de comunicación interna ante el cansancio de las videoconferencias? puede, ¿pero eso ya existe no? son las calls de toda la vida. Quizás ahora con la capa «amable» de una experiencia de uso cuidada pueda ser un ángulo, pero tampoco tengo claro que haya un mercado para ello. Todavía es pronto para emitir cualquier juicio. Veremos como Clubhouse escala, veremos si es capaz de atraer a esos creadores y sus audiencias. Veremos si aporta herramientas para crear contenido o dinámicas diferenciales a lo mucho y bueno que ya existe. De momento hay más preguntas que respuestas, pero cuando Silicon Valley decide que algo está de moda, pues todos a correr a probarlo.
Por cierto, como viene siendo habitual, facebook ya está trabajando en su propio Clubhouse. No vaya a ser que tengan éxito y les quite una parte de un pastel que quieren para ellos solos. Hay cosas que nunca cambian.